22 de marzo. 2010.
Para los seguidores del metal progresivo, una fecha para recordar, para siempre.
¿Por qué valió la pena ver a Dream Theater en vivo?
Porque fue una prueba tangible de que el talento y el virtuosismo de esos músicos en verdad existe.
Porque puede impresionarte un duelo mano a mano (literalmente) entre Rudess (teclado) y Petrucci (guitarra), o puede emocionarte una canción como The Spirit Carries On...
Porque las vibraciones que transmite cada acorde, cada compás, incluso cada nota, es indescriptible.
Porque, estoy segura, que todos aquellos que vienen escuchando a esta banda desde hace tiempo, no podrían perdonarse si no iban a este concierto.
Porque ver a Portnoy (baterista) tocando con la camiseta del Perú puesta fue algo surrealista.
Porque después de muchos años, muchos, el sueño de varias personas se hizo realidad.
Dream Theatre no toca música para todos. El género progresivo es un género difícil de digerir, difícil de entender, muchas personas no lo pueden degustar. Pero cuando descubres en aquel intrincado de notas el verdadero fondo, descubres una armonía increíble, una precisión, una exactitud, simplemente genialidad.
El concierto fue buenísimo. Aunque a mí más me gustan las canciones de sus antiguos discos, igual lo disfruté.
James LaBrie (voz), Jordan Rudess (teclados), Mike Portnoy (batería), John Myung (bajo) y John Petrucci (guitarra), son músicos, pero de los buenos, músicos de verdad :)