lunes, 28 de septiembre de 2009

Acerca de mitos y verdades "mi mamá me dijo que me abrigue los pies".


Desde que tengo uso de razón me acuerdo que mi mamá siempre me decía que me abrigara los pies. Léase: "ponte medias, te vas a resfriar".

Dicen que las enfermedades entran por los pies y el frío también.
Y ahora resulta que las medicinas también entran por los pies.

¿Cómo? Les explico.
El otro día le dije a mi mamá que creía que me estaba enfermando (resfrío) [nota aparte: últimamente siento que me resfrío a cada rato y eso que me vacuné contra la influenza... (pensamiento: tal vez si no me hubiera vacunado mis resfríos serían peores, tanto que no me podría levantar)... en fin, utilicé demasiados corchetes y paréntesis, lo siento]... entonces, mi mamá me dijo que había leído un mail que decía que era bueno echarse Vick Vaporub (en realidad no estoy muy segura si se escribe así)... en los pies.

Sí, echarse Vick Vaporub en los pies (y ponerse medias después, obviamente).
Yo generalmente no suelo creer en las cadenas esas que mandan y dicen: si no lo reenvias a tantas personas caerá una vaca del cielo y te aplastará (estoy exagerando, pero prácticamente es como si te dijeran eso). Pero en realidad en este caso del Vick Vaporub creo que no tenía nada que perder.

En fin, a falta de Vick Vaporub en mi casa, me tuve que echar Mentholatum (sí, ese que "mama lo sabe, Mentholatum aliiiivia")... y obviamente me puse mis medias.
Esa noche dormí bastante bien. Generalmente, cuando uno está enfermo, la nariz se le congestiona maleadamente y no puede respirar ni dormir.

Antes, yo solía tomarme un Nastizol y me despejaba... pero esa pastilla me dopaba terriblemente y me ponía (más) sonsa de lo normal. En este caso, estaba con la nariz despejada y aún tenía pleno uso de mis facultades mentales antes de dormir.

Al día siguiente me sentía mucho mejor, pero aún así continué echándome Mentholatum en los pies las noches siguientes... No sé si sea un "efecto" de esa crema o qué, pero estos días he tenido más sueño de lo normal... probablemente también sea un poco dopante, no lo sé...

A decir verdad, antes de escribir esta entrada me sentía súper bien, pero ahora me duele un poco la garganta.... debe ser debido al frío que está haciendo en Lima últimamente... o probablemente no deba echarme Mentholatum solo en los pies...

domingo, 27 de septiembre de 2009

...

No lo entiendo. No entiendo nada. O tal vez no quiero entenderlo.
Mi mente se cierra a la posibilidad de que otros estén locos, no yo.

Hoy no quería escribir, estar frente a una página en blanco, con aquellas palabras gastadas dentro de mí, peleándose por salir.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Divagaciones vol. XX "acerca de la fragilidad de la memoria"


No sé si todas las memorias son igual de frágiles, o la mía lo es especialmente.

Cuando estaba en kinder, me sabía el orden de lista de mi salón (kinder B) con nombres, segundos nombres y ambos apellidos. Probablemente si me concentro muchísimo podría incluso recordarlo... quién sabe... creo que yo era la número 16...
Ahora sin embargo, en la universidad tengo tantos salones distintos que hasta me es difícil recordar con quién estoy en cada clase. Bueno, sí puedo hacerlo, pero no puedo decir que me sé de memoria los nombres completos de todos los que forman parte de cada clase.

Cuando era chica me sabía los cumpleaños de todos mis amigos, sin excepción. Algunos de esos cumpleaños (de aquellos amigos que he seguido frecuentando y saludando), aún los tengo en mi memoria.
Ahora sin embargo, es tanta la gente nueva que va entrando a mi vida, que aprenderse o simplemente recordar cada cumpleaños es una tarea un poco utópica para mí. Pero felizmente para eso existe mi agenda (donde apunto no solo todos los cumpleaños que quiero recordar, sino también TODO lo que tengo pendiente por hacer) y existe el facebook, que te recuerda aquellos cumpleaños que no has podido apuntar en tu agenda aún :)

Cuando el uso de Internet no era tan difundido me sabía los teléfonos de mis amigos, incluso sus direcciones.
Ahora sin embargo, me cuesta recordar cada dirección de e-mail o cada celular. Aunque probablemente eso se debe a los repetitivos cambios de uno u otro... Felizmente ahora podemos almacenar gran cantidad de información en los celulares, las computadoras, las laptops, las palm, los ipods o los iphones... ¿algo más?

Nunca he considerado que tengo una súper memoria (ahora que me pongo a pensar, ¿qué pasaría si pudieramos medir la capacidad de memoria de cada persona en Gigas o qué se yo qué mas?). No recuerdo muchos episodios de mi propia vida a no ser que hayan fotos que me traigan a la memoria esos momentos.
Sin embargo, he de decir que soy capaz de recordar cosas importantes como mi nombre, mi cumpleaños, mi DNI, mi dirección y mi teléfono.
A veces me cuesta recordar lo que comí el día anterior (o el mismo día), pero luego de un exhaustivo esfuerzo puedo lograrlo :)

Es horrible olvidar algo. Pero peor es no recordar si te estás olvidando algo importante. Hoy me pasó que vi a una persona que me recordó a alguien que había conocido hace poco.
Resulta que, a pesar de lo familiar que me resultaba ese rostro, no podía recordar a quién pertenecía. Es decir, SABÍA que pertenecía a alguien que había conocido, pero no recordaba las circunstancias, ni el lugar, ni el momento.

Me sentí un poco desesperada por el simple hecho de no poder recordar eso. Llegué incluso a pensar que necesitaba empezar a hacer esos ejercicios para la memoria que tanto se promocionan (aunque hago sudokus y crucigramas, dicho sea de paso).
Sin embargo, cuando dejé de pensar en eso y tomé la resolución de dejar que el recuerdo simplemente fluya cuando debiera fluir, fluyó. Y recordé. Y me sentí bien. Me sentí satisfecha por haber recordado y por haberme demostrado que podía recordar, aunque haya sido algo súper vano y un poco sonso.

Resulta que ésta es mi entrada número 60.
Resulta que es la divagación número 20.
Resulta que éste sábado cae 19 de setiembre.
Resulta que ese día, cumplo 20 años.

Creo que mientras pueda tener noción de lo que sucede a mi alrededor y recuerde quién soy, es suficiente.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Divagaciones vol. XIX "aquellas pequeñas cosas"


Aquellas pequeñas cosas de la vida que pueden marcar la diferencia:

1. Sonreír sin motivo.
2. Reír como si nadie pudiera escucharte.
3. Bailar como si estuvieras solo.
4. Liberarte.
5. Reír de chistes sonsos.
6. Comer sin culpa.
7. Comer algo rico.
8. Comer un chocolate.
9. Comer un buen pedazo de carne.
10. Simplemente comer, ya? :)
11. Dormir como si no hubieran cosas más importantes que hacer.
12. Perder el tiempo sin sentirse culpable.
13. Mirar a la nada.
14. Quedarse en blanco un momento y no pensar en nada.
15. Dejarse llevar por el niño interior que llevamos dentro.
16. Sorprenderse.
17. Descubrir cosas nuevas.
18. Descubrir que aún tenemos cosas por aprender.
19. Ver a los niños jugar y jugar con ellos.
20. Cumplir años y no sentirse un año más viejo, sino un año más sabio :)

sábado, 12 de septiembre de 2009

Divagaciones vol. XVIII "autoconocimiento"


Ya van tres años desde que salí del colegio. Tres años que llevo en la universidad estudiando Administración de Servicios.

Debo confesar que han sido varias las veces que me he cuestionado acerca de si mi decisión de estudiar lo que estudio ha sido correcta o no. Han sido varias las veces que me he preguntado si no sería más feliz estudiando otra cosa diferente. Si en un futuro me veo trabajando en un hotel (en lo que me estoy especializando) o si no sería mejor haciendo otra cosa...

Antes de salir del colegio quería ser psicóloga, porque me gustaba analizar el comportamiento de las personas (en realidad aún disfruto haciéndolo) e intentar comprenderlas. Sin embargo, no lo hice porque me di cuenta de que los problemas de los demás me afectaban mucho más que los propios y, trabajando toda mi vida oyendo e intentando solucionar los problemas de los demás iba a terminar por destruirme emocionalmente... quién sabe...

Me encanta escribir (ya deben haberse dado cuenta) y me encanta tomar fotos. Quién sabe si no hubiera sido más feliz estudiando literatura, periodismo o comunicaciones. Quién sabe si algún día podría haber escrito algún libro o un artículo en un periódico o revista importante. Quién sabe si podría haber cambiado el mundo...

Pero en realidad, quién dice que no puedo hacer alguna de esas cosas siendo administradora de servicios? Es más, siendo quien soy, una persona común y corriente, con muchas ideas que compartir y exteriorizar, puedo cambiar el mundo. Y siendo profesional, puedo revolucionar las cosas en el área de servicios de un hotel, de un restaurante, de una empresa cualquiera en la que me toque trabajar.
Ya he dicho alguna vez que me gustaría que la gente me reconozca por el trabajo que hago, pero también porque puedo hacer más cosas aparte de trabajar.
Puedo escribir acerca de mis experiencias y no ser publicada en medios masivos y aún así llegar a la gente (este blog es una prueba de ello). Quién sabe tal vez algún día sí llegue a publicar un libro.

Muchas veces me he preguntado si he tomado las decisiones correctas en mi vida. En realidad, no me imagino estando en otro lugar del mundo que no sea aquí. No me imagino estudiando en otra universidad que no sea la mía. No imagino mi vida sin aquellas personas que he conocido... But then again... (ya me puse bilingüe ja!)... si nunca hubiera hecho las cosas que he hecho, si no hubiera ido a aquellos lugares a donde he ido, no hubiera conocido a esa gente, y no las echaría de menos...

Tal vez hubiera conocido a otras personas y hubieran sido igual de importantes. Tal vez hubiera hecho otras cosas y me sentiría orgullosa de ellas también.
La vida está llena de incertidumbres. Está en nuestras manos volverlas hechos.
Dicen que nuestro destino ya está escrito. Yo solía pensar que era así.
Ahora pienso que, si bien es cierto podemos tener un destino determinado, este no se hará realidad si no hacemos que se haga realidad.

Puedes ser todo aquello que quieres ser. Puedes lograr todo aquello que quieres lograr. Puedes hacer todo aquello que quieres hacer. Sólo tienes que pensar en eso con todas tus fuerzas, sólo tienes que desearlo con todas tus ganas. Pero no basta con quererlo, tienes que hacer que las cosas pasen.

Porque, si tú no haces las cosas, nadie las hará por ti...
















[[Esta foto es de cuando estaba aprendiendo a caminar :)*]]

viernes, 4 de septiembre de 2009

Divagaciones vol. XVII "donde todo puede suceder"


¿Dónde más que en el micro (ya sea verde o de otro color) pueden sucederte cosas de lo más extrañas, chistosas, divertidas, etc, etc, etc.


Siendo el Perú un país en el que el sistema de transporte público es básicamente un caos, no me explico por qué a veces me gusta viajar en micro. Pero es que en realidad, puede resultar divertido.

Si bien me da rabia cuando estoy esperando en el paradero y los micros simplemente NO PARAN por mi, a veces he podido ver cosas divertidas gracias a eso.
Por ejemplo, un día vi cómo a una chica se le quedaba la sandalia en la pista mientras ella ya estaba en el micro. Felizmente para ella, el cobrador se dio cuenta y el micro no siguió avanzando... para que ella pudiera recoger su zapato!

He visto a gente perder el equilibrio dentro de los micros (me incluyo), ya que viajar en micro requiere una habilidad y un balance espectacularmente desarrollados.
Un día, casi me caigo de espaldas, pero tuve la ¿suerte? de que un señor me sujetara para que no aterrice sobre el suelo. Lo más chistoso es que el señor no dejó de pedirme perdón mientras yo le daba las gracias.

He pisado a mucha gente. Creo que ya compartí una de estas experiencias en una entrada anterior, cuando la señora simplemente miraba y no decía nada. Hace unos días sin embargo, pisé a un señor y esta vez sí me di cuenta más rápido y cuando le pedí disculpas el señor me preguntó si era china o japonesa xD... Fue un poco descuadrante, pero justo ya me tenía que bajar en el paradero y nunca entendí la razón de ser de su pregunta.

Me he olvidado cosas, y lo más divertido es que no me di cuenta y aún así recuperé mis cosas. ¿Cómo? Bueno, un amigo y yo bajamos del micro y él me dijo que no tenía su celular. Mientras yo creía que era una broma y él buscaba en sus bolsillos y en su mochila, el micro ya estaba a una cuadra de distancia. Para cuando a él se le ocurrió que se le podría haber caído el celular en el micro, este estaba en un semáforo, de modo que salió corriendo disparado y, por la ventana de atrás le hizo señas a la persona que estaba sentada en los que habían sido nuestros sitios para que buscara.
Grande sería mi sorpresa cuando, al volver, el no solo tenía su celular, sino también mi fólder archivador, que se había quedado olvidado sin que me diera cuenta.

En todos los micros que circulan por la capital (al menos aquellos que son lo suficientemente grandes y no están demasiado llenos), siempre pueden encontrarse shows andantes (desde cajoneros, hasta cantantes con guitarra y demás instrumentos), ofertas inigualables (todo un kit de lapiceros por 1 sol, resaltadores, correctores, llaveros, incluso aretes!!!), y nunca faltan aquellos que, luego de presentarse con el típíco: "señor, señora, joven amigo, señorita, joven estudiante (y derivados), lamento interrumpir su lindo viaje..." te ofrecen los también típicos Olé Olé (marshmellows con cobertura de chocolate), gomitas frugile (o como se escriba) o caramelos varios.

En realidad, puedes encontrar de todo en el micro.
Si bien los precios del pasaje varían de acuerdo a la distancia que viajas, si tienes carnet universitario o no, o del humor del cobrador, todas las experiencias que puedes vivir mientras viajas en micro... no tienen precio :)
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