sábado, 31 de diciembre de 2011

¿Qué me dejas 2O11?

Esta entrada ha tenido que esperar hasta el último día del 2O11 para poder ser escrita. No hay una razón de por medio, simplemente así sucedió y como siempre he dicho: todo pasa por algo y así pasa cuando sucede.

Y es verdad, tenía ciertas lecciones recopiladas, pero creo que las últimas semanas del año me han dejado más de lo que pudiera haberme imaginado.
De esta manera, he aprendido que:

1. A veces el protocolo no existe, a veces las relaciones interpersonales se salen del recipiente.

2. De nada sirve que te pasen cosas buenas si no tienes a quién contárselas.

3. Hay cosas que simplemente no tienen remedio y caen en círculos viciosos que no terminan nunca.

4. Las mejores conversaciones no se planean, simplemente se dan. Y puedes hablar por horas, días, semanas… y seguir teniendo algo de qué hablar.

5. Encontrar a alguien que se muestre sin máscaras, tal cual es, es todo un privilegio.

6. Una acción puede desencadenar una serie de consecuencias extrañas que te llevan a un punto al cual no sabes como llegaste. Pero, si te gusta el punto en el que estás, agradece esa acción aleatoria que no pensaste y simplemente sentiste.

7. Que la gente no hable de eso no quiere decir que no exista, que no pase, que no lo sientas o que no suceda.

8. Todos crecemos, cambiamos, maduramos, vemos todo desde otra perspectiva y avanzamos.

9. No importa lo que pase o cómo pase, siempre terminarás preguntándote por qué. Y no siempre habrá una respuesta.

10. Sentirse parte de algo es genial.

11. A veces no hay nada que decir.

Este año tuvo sus cosas buenas, tuvo sus cosas tristes, tuvo momentos extraños, locos. Este año me deja pensando y reflexionando un poco más de lo normal.

Quiero pensar que lo que se viene es mejor. Quiero pensar que en el 2O12 podré decir al fin que encontré lo que llevo años buscando. Quiero pensar que la locura no me abandonará, pero que seguiré con los pies bien puestos sobre la tierra.

Quiero pensar que puedo seguir soñando y creer en que puedo cumplir mis sueños. Quiero pensar que seguirás estando por acá y que esta historia aún se puede seguir escribiendo, aunque sea una de las historias más extrañas que se haya contado alguna vez.

Por un buen 2O12… buenas vibras para ti, para mí, y para todos los que nos rodean.

martes, 22 de noviembre de 2011

Divagaciones vol. LXXVII “Hace tiempo que nunca”

Intento buscarte entre la gente, sin éxito.
Intento verte entre los ojos de las personas extrañas.
Intento comprenderte, leerte, seguirte.


Intento no pensar en esto mas de lo que debo.
Intento no caer de nuevo en lo mismo.
Intento no sentir este vacío, tan inmenso, tan profundo, tan tuyo y tan mío.


Intento no pensar que es por mi.
Intento no echarte toda la culpa a ti.
Intento no sufrir, intento crecer, intento madurar y poco a poco avanzar.


Intento llegar hasta el final, para intentar comprender, para aprender a perdonar, para volver a amar.

lunes, 24 de octubre de 2011

En días como hoy, en que sale el sol…
En días como hoy cuando te encuentras con tu pasado, dudas de tu presente y piensas en tu futuro.
Sonrío. A pesar de todo.

Porque hoy estás más cerca de lo que quieres que ayer.
Porque cada persona te demuestra que aún se puede luchar. Que no debes bajar los brazos, ni dejar de luchar por tus sueños.

En estos días de indecisión y confusión yo pienso: y por qué no?

¿Por qué no arriesgarme a algo nuevo?
¿Por qué no intentar jugar con fuego?
¿Por qué no poner de tu parte para ser un poco más feliz?
¿Por qué no…?

miércoles, 5 de octubre de 2011

Apareces, desapareces. Eres una luz intermitente, inconstante, impaciente.
Conversaciones espontáneas sin terminar, palabras atoradas que no salen más de acá.
Vienes cuando pienso que te irás. Regresas cuando pienso que no volverás más.
Apareciste de la nada, de repente. Y te vas igual, sin ser llamado, sin avisar.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Divagaciones vol. LXXVI “primavera?”

Últimamente ando algo perdida. Un poco sorda, un poco más loca, un poco más ida… No entiendo lo que me dicen, no entiendo lo que me quieren decir, no entiendo ni siquiera lo que intentas decirme sin palabras.

He descubierto que me gustan las cosas claras. Sin indirectas, sin frases de doble sentido, así como Sprite: las cosas como son. Es mejor saber una verdad que vivir toda tu vida una mentira, sí.

He descubierto que nada está dicho. Siempre he pensado que las mejores cosas llegan cuando menos las esperas. Ahora he descubierto además, que llegan de donde menos las esperas.

Hay cosas que nunca entenderé a la perfección. Hay cosas que no necesitan explicación. Tal vez no la tienen, tal vez no la quiero saber, no lo sé.

Hay cosas que pasan como de casualidad, sin tener algún sentido en particular… cosas que te hacen reír de la nada… que te hacen reír en voz alta cuando nadie te está escuchando. Esas cosas son las mejores, son momentos que valen la pena.

Hace unos días empezó la primavera. Ahora sale más el sol. Ahora se iluminan más las mañanas. Ahora empiezan nuevos días…

lunes, 12 de septiembre de 2011

12.O9.11

Ahora escucho solamente el silencio. No hay sonidos en la calle, ni siquiera el murmullo de la televisión encendida. No escucho absolutamente nada. Solo mis pensamientos, solo yo y nadie más.

La casa se siente vacía, me cuesta ver esa luz apagada, pero en realidad es como si no te hubieras ido. Recuerdo cuando era niña y me daba miedo quedarme sola. No estuve sola, siempre estuviste ahí conmigo.

Me enseñaste canciones, juegos de cartas, me dejabas ganar.

22 años menos 1 semana ha sido el tiempo que compartimos. Por más preparados que estemos, el tiempo nunca es suficiente. Siempre habrán palabras no dichas, cosas que queramos cambiar, momentos que querremos volver a vivir.

Yo llevo mis momentos favoritos guardados en mi memoria. Llevo tu voz y tus manos en el recuerdo de mi mente. ´

Sé que todo cambio cuesta. Sé que decir adiós es difícil y aceptar que es definitivo (al menos en esta vida terrenal) es peor. Pero también se que el último beso y el último abrazo que te di los sentiste y me gusta pensar que fuiste feliz en esos pequeños momentos.

No guardo mis lágrimas porque es mi forma de expresar lo que llevo dentro de mí.

Sé que estarás descansando, sólo que ya no podré verte descansar.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Divagaciones vol. LXXV “Pensamientos de un día de sol”

Creo firmemente que todo pasa por algo y que lo que sucede en una etapa determinada de nuestras vidas nos prepara para las siguientes etapas que vendrán.

Hoy cierro los ojos y recuerdo días pasados, como esos que pasaron hace unos cinco años, más o menos. Pienso en todas las personas que he conocido y en las que, por algún motivo, ya no están más en mi vida.

Pienso en las decisiones que he tomado. En las que he tenido que seguir pese a que me duela, en las que he tenido que dar marcha atrás y tomar el otro camino.

Agradezco por todo lo que me ha pasado y lo que no, porque lo que me ha pasado me ha hecho crecer y me ha hecho más fuerte, y lo que no me ha pasado me ha mantenido viva.

Tengo ciertas cosas en la vida que me llenan, que me hacen feliz. Más allá del sol, los abrazos, los chocolates, las estrellas o los ositos de goma.

Me hacen feliz las sonrisas, los días compartidos, las miradas sinceras, el interés en lo que sucede, la atención, la comprensión, las risas, los llantos que se comparten, porque las penas se hacen menores.

Me hacen feliz las personas que son felices, las que miran de forma positiva la vida. Me hace feliz también sentir que puedo contribuir a que sonrías, a que se ilumine un poquito más tu vida.

Mi moraleja del día es: aunque parezca que no existen motivos, siempre se puede ser feliz :)

viernes, 9 de septiembre de 2011

Divagaciones vol. LXXIV “Pensamientos de una primavera que no llega…”

No sabría decirte el momento exacto. No sé ni cómo ni cuando. No sé ni siquiera el lugar exacto.


No sé cuál fue la primera palabra ni el primer cruce de miradas, ni siquiera el primer intercambio de ideas.

No sé por qué me buscaste. No sé cuándo yo empecé a querer encontrarte. No sé por qué, no sé quién fue, me he dado cuenta que hay muchas cosas sin conocer.

Sé que me buscas y me encuentras, porque me dejo encontrar por tus ojos y tu sonrisa. Sé que me atrapas y me intentas confundir con tus frases extrañas y tus miradas profundas.

Sé que entre tus frases hay cosas que no dices. Sé que hay mucho que debo interpretar al leer entre líneas. Sé que mis ojos sonríen sin querer y me siento perdida.

Estoy perdida en esta situación sin pies ni cabeza. Estoy perdida en un mar sin palabras, en un trabalenguas extraño. Estoy perdida entre las diferencias que existen. Estoy perdida entre lo que siento y debo sentir.

Estoy perdida y temo no encontrarme, o no encontrarme a tiempo. Estoy perdida y no entiendo muchas cosas que pasan. Estoy perdida y no tengo una brújula que marque el camino. Estoy perdida y sólo espero que me encuentres a mitad del camino, para llegar al final de este cuento.

martes, 6 de septiembre de 2011

En momentos como estos, en los que debería dormir y no lo hago, es cuando me pregunto qué debo hacer a continuación.

Me pregunto qué está esperando la gente de mí y qué estoy esperando de mí misma también.
Me pregunto qué será de mí mañana, qué encontraré si me pongo a buscar entre mis recuerdos, si me dejo llevar por lo que pienso.
Me pregunto cuándo será el momento en que me rinda, en que deje de ser lo que se espera de mí.
Me pregunto qué pasará en aquel instante en que diga basta, que me marche y no mire más hacia atrás.

Es en estos momento en que me pregunto: "y ahora qué?"

miércoles, 24 de agosto de 2011

Divagaciones vol. LXXIII “dicen que dicen”

Dicen que ya nada es lo que era, que todo tiempo pasado fue mejor y lo que has perdido no lo recuperarás más.
Dicen también que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, pero la verdad es que todos saben lo que tienen, solo no pensaron que lo perderían alguna vez.
Lo que más duele son los vanos intentos de recuperar algo que sabes que está perdido, algo que ya no es lo mismo, ni es igual.

La vida y el mundo están llenos de mil frases con sentido y sin sentido que me hacen pensar y hacen que piense en mis propias frases con sentido y sin sentido.
Al fin y al cabo, ¿qué importa lo que diga la gente? Al final, lo único que importa en determinadas situaciones que te impone la vida es lo que tú sientes y cómo te sientes al respecto. No hay más vuelta que darle.

Dicen que dicen, ¿quién lo dice? “La Gente” y quién es esa gente? No tienen cara ni nombre propio, son una masa incontable, difusa, confusa. Palabras que dan vueltas, que son de todos y no son de nadie.
¿Dónde están tus palabras? ¿Dónde está lo que tú tienes que decir? ¿Por qué no me lo dices a mí?

lunes, 8 de agosto de 2011

Preámbulo de lo que se viene…

El mundo da muchas vueltas y gira, gira, gira. Y de repente, para. Y tú paras con él y te das cuenta el lugar donde estás y al fin puedes ver cómo todo ha cambiado, cómo tú eres diferente.

Me hace gracia cómo las cosas cambian de un día para otro, de un mes a otro, de un año a otro. A veces cambian de maneras inimaginables, tanto que no te esperas los golpes que te trae la vida.

Es irónico que estuve varias semanas sin poder escribir entradas significativas mientras tenía tiempo de sobra, y cómo ahora, cuando están tan cerca las obligaciones diarias, de la nada las palabras fluyen a borbotones desde lo más profundo de mi ser.

Se vienen entradas intensas, tal vez largas, muy significativas, estudiadas, llenas de sentimientos encontrados, inspiradas en largas conversaciones que a veces trae la vida.

Serán verdad o serán mentira, no lo sé. Cuando uno escribe es así. Hay un poco de ficción y otro poco de realidad, incluso en lo irreal.

domingo, 7 de agosto de 2011

Una de las peores cosas es sufrir en silencio y llevar el sufrimiento por dentro sin poder dejarlo salir.

viernes, 5 de agosto de 2011

Divagaciones vol. LXXII “breakpoint”

Llega un momento en la vida que a mí me gusta llamar como punto de quiebre. Lejos de estar relacionado con el tenis, me refiero a aquel momento en el que te das cuenta de varias cosas, que pueden darse al mismo tiempo o por separado.

Es el punto en el que te das cuenta que la situación en la que estás no da para más. El punto en el que miras hacia atrás y hacia adelante, y al mirar alrededor, te das cuenta que lo único que tienes que hacer es dar un paso al costado y continuar andando.

Es en ese momento en que evalúas si lo que has hecho ha valido la pena, para ti, o para los demás, o para ese alguien “especial”.

A veces no sabes exactamente lo que ocurre para llegar a ese punto. A veces no tiene que suceder  algo extraordinario, es solo el tiempo que pasa y te muestra las cosas como son, o a veces el mundo se te cae encima de pronto y te deja con la cruda realidad en frente.

A lo largo de mi vida he tenido varios puntos de quiebre, donde he dado pasos al costado, he retrocedido para volver a remontar el paso con más impulso y he estado completamente perdida, sin saber a dónde avanzar.

A veces son buenos los puntos de quiebre, porque nos hacen despertar de realidades imaginarias o fantasías creadas. Nos hacen darnos cuenta que lo único exacto son las ciencias y lo demás es pura especulación.

martes, 2 de agosto de 2011

Divagaciones vol. LXXI “la complejidad de lo absurdo”

Hay varias cosas que me gustan y últimamente he descubierto que hasta las cosas más simples pueden dejarte sin palabras o escarapelarte el alma.

Puedes disfrutar lo más simple y descubrir lo especial que puede ser.

He caminado por las calles frías, con la llovizna mojando mi cara, escuchando música como sacada de mi propia banda sonora y he cerrado los ojos, sólo escuchando y dejándome llevar.

He visto los rostros de la gente pasar a mi lado, rostros de todo tipo. Los hay preocupados, apurados, sonrientes, curiosos, intensos. He visto miradas directas, furtivas, incluso aquellas acompañadas de una media sonrisa, como quien no quiere la cosa.

He mirado al cielo mientras respiro hondo, intentando olvidarme de todo, intentando pensar en nada. Escucho lo que sucede a mi alrededor e intento abstraerme de todo el movimiento y la prisa.

He cantado en voz alta, he sonreído de la nada, he explotado de risa de repente, tal vez incluso haya llorado alguna vez. He buscado pedazos de amabilidad entre la gente, sonrisas sinceras, miradas transparentes sin nada que temer.

He intentado buscarte una y mil veces entre las miradas vacías, los rostros desconocidos, las voces extrañas. He cerrado los ojos esperando sentirte cerca, esperando encontrarte, encontrar una señal.

He encontrado una banca en el camino, para sentarme a esperar, sólo espero que no tarde demasiado en llegar.
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sábado, 30 de julio de 2011

Divagaciones vol. LXX “incertidumbres”

A veces siento como si no fuera yo la persona que pertenece a este cuerpo en particular o a este mundo en general.
A veces me siento extraña en lugares donde debería sentirme en casa.
A veces me pasa que no entiendo lo que sucede o lo que pasa por mi propia mente.

¿Por qué nos negamos a nuestra propia felicidad? ¿Por qué dudamos tanto y no nos decidimos simplemente a actuar?
¿Por qué insistimos en quedarnos en lo mismo aunque sepamos que no es lo mejor?
Sé que hay cosas mejores, pero la gravedad me sigue atrayendo a ti. Y no lo puedo evitar.

A veces me hace bien dejar salir las cosas, a veces me hace mejor guardarlas para mí.
A veces me pregunto qué debería hacer a continuación, pero no siempre lo planeado se cumple, no siempre la realidad coincide con las expectativas que tenemos.
A veces me pregunto si debo bajar mis expectativas, o si debo continuar soñar en grande.

viernes, 8 de julio de 2011

Divagaciones vol. LXIX “inspiraciones extrañas”

Es una sensación rara que a veces me da, como una felicidad extraña que no tiene razón de ser, que viene de la nada y se escapa entre los dedos de la gente.

Es como cuando te das cuenta que las pequeñas cosas son las que verdaderamente importan y no debes subestimar nada ni a nadie.

Es como cuando la vida te enseña que los detalles valen más que un acto extraordinario, que una simple palabra puede mostrarte la luz.

Es como cuando sientes que quieres llorar, pero en el fondo sientes alegría. O cuando sientes que estás feliz, pero aún así podrías llorar todas las lágrimas de tu vida.

Son contradicciones, son contraposiciones en un mundo extraño, en una ciudad donde el cielo es gris y la lluvia parece de mentira.

Donde la gente un día te busca y otro día te olvida, pero sabes que existieron y están ahí.

Donde los verdaderos amigos existen y no se irán nunca de tu lado, donde una palabra sincera puede significar mucho.

Es un mundo en el que contar las cosas y dejarlas salir es mejor que llevarlas dentro de ti.

Es un mundo en el que no a veces, sino siempre, es mejor tener una segunda opinión y obtener otra perspectiva de las situaciones que ocurren.

Es un mundo en el que aún hay personas confiables, personas que valen, personas por las que vale la pena luchar.

Es un mundo en el cual debemos aprender a perdonar y sentir que siempre todo puede mejorar.

He caminado lentamente por mi pasado, he visto señales de cómo podrá ser mi futuro. Escucho una canción mientras camino por la calle y pienso.

Pienso en ti y en mí y en cómo hemos cambiado a través del tiempo. Pienso en el todo y en la nada, en cómo las situaciones cambian y evolucionan, cómo algo termina para volver a empezar, o cómo algo tiene que acabar para dar pie a algo nuevo.

Pienso en ti en este día gris, con tristeza, con nostalgia. Pienso en tus palabras, ahora vacías, a veces vagas. Ahora sólo son un susurro entre mis recuerdos y mis sueños.

lunes, 4 de julio de 2011

Divagaciones vol. LXVIII “deseo de cosas imposibles”

Cierra los ojos, intenta no pensar, las luces de julio parecen brillar.
No quiere creer que es el final, quiere pensar que algo cambiará.

Quiere volver al pasado, quiere volver a lo que era antes.
Quiere volver a lo que se perdió y nunca más volverá.
Quiere ver sus ojos más allá de sus sueños y escuchar su voz más allá que en sus recuerdos.
Quiere sentirse querida, quiere sentir lo que nunca sintió.
Quiere saber qué pasó, tan solo busca una explicación.

Piensa en los días de mayo, días amargos, días solitarios.
Días pensativos, filosóficos, inspirados, tristes, cansados.
Se cansó de contar los días sin ver, sin oír, sin sentir.
Los días pasan lento, mientras busca cosas que no encuentra.

Escucha voces pero no está realmente presente en la conversación.
Ve a la gente feliz, los escucha reír.
Se convirtió en una autómata caminando por inercia entre la gente.
Sus ojos perdieron su color, su pasado terminó y su voz se le apagó.

Le robaron sonrisas en mayo, no encuentra lo que tuvo en abril.
Sus ojos te miran sin verte, están llenos de dolor.
Cayó en lo más hondo, pero se levantó, sobrevivió.
Con las rodillas quebradas pero la frente levantada.

Guarda en su recuerdo su sonrisa y en su bolsillo su dolor.
Guarda en su memoria su perfume y enterró bien profundo su voz.
Y vuelve otra vez.
Volvamos a vivir.

jueves, 30 de junio de 2011

¿En qué momento fue que perdí la voz?
¿En qué momento dejé de actuar, de sentir, de reír?
¿En qué momento perdí el derecho de preguntar?
¿En qué momento dejó de interesarte lo que mis palabras tuvieran que decir?
¿En qué momento pasamos de ser amigos a totalmente desconocidos?
¿En qué momento decidiste dejar de hablar?

lunes, 20 de junio de 2011

Divagaciones vol. LXVII “extraño”

Para que junio no se quede vacío y frío como el ambiente limeño actual, escribo.

Aunque sea una entrada corta, extraña, veloz. Entre mi “tiempo libre” y mi “tiempo productivo”, entre el sueño y la lucidez, entre la hiperactividad de las 12 de la noche y las no ganas de estudiar para mañana.

Estamos a mitad de un año que se me ha pasado demasiado rápido. Estoy a punto de terminar el penúltimo ciclo de la universidad. Estamos a punto de cerrar un círculo más en nuestras vidas.

Puedo caminar entre la gente con la misma comodidad de siempre, como si fueran los mismos, como si no hubieran cambiado. Pero sin embargo los miro y veo rostros vacíos, sin expresión, veo rostros extraños que ya no reconozco.

Veo rostros jóvenes, sonrientes, despreocupados, con tiempo para mirarse los unos a los otros y reír juntos. Los miro sin verlos, camino rápidamente a su lado, ya no los conozco.

La vida me ha enseñado muchas cosas a lo largo de los años. He caído y me he levantado. He cometido errores y he aprendido a no volver a caer en ellos. Prometí algo hace más de 3 años y puedo decir que lo he cumplido. Y me siento orgullosa de eso.

He vuelto a leer lo que he escrito y a simple vista no tiene sentido. Pero una vez más repito: no quería que junio se quede vacío.
:)

domingo, 29 de mayo de 2011

Divagaciones vol. LXVI “aquella tristeza”

Por estos días me inunda una sensación de tristeza, como esa que sabe que empieza el invierno y los días se vuelven más fríos y grises.

Esa tristeza que sabe que no habrá conversaciones largas junto a una chimenea.

Esa tristeza que pronostica unos cuantos días, semanas o meses sin saber del sol ni de ti.

Esa tristeza que siente que todo se escapa como un puñado de arena.

Esa tristeza que se siente dentro, muy dentro, y hace de todo para intentar salir.

Esa tristeza que sientes arriba y abajo, especialmente ahí.

Esa tristeza que te obliga a botar un par de lágrimas de manera espontánea, que te saca palabras intensas, emociones extrañas.

Esa tristeza que nadie más puede comprender, que no puedes explicar.

Esa tristeza que no sabe ni opina, sólo te molesta la vida.

Esa tristeza que no te deja dormir, o te hace no querer despertar.

Esa tristeza que llena tus ojos de melancolía, que te hace escuchar a Sabina y te da ganas de huir.

Esa tristeza que sólo se irá cuando salga el sol una vez más, cuando decida volver, cuando regrese por mí.
Rosa-Negra

domingo, 22 de mayo de 2011

Divagaciones vol. LXV “improvisa”

A veces tienes un plan, o una convicción, o qué se yo. A veces piensas que tu vida se dirige a algún lado en particular, pero sucede algo repentino, algo inesperado, que te descuadra totalmente y te hace ver las cosas desde otra perspectiva.

A veces ni siquiera has planeado nada, pero los acontecimientos que te presenta la vida no te los hubieras imaginado ni en mil años.

Cuando la vida se sale del guión preestablecido, o incluso de aquel guión inexistente, a veces sólo nos queda improvisar.

A veces no estás seguro de cómo seguir, de cuál será el siguiente paso. La gente te inunda de preguntas sin respuesta, te atormenta con comentarios fuera de lugar.

A veces la mejor solución es no hacer nada, a veces es mejor hacer algo. Eso no lo sabe nadie, ni siquiera tú.

Tu vida es una obra en la que el único protagonista, guionista y productor eres tú. Tú decides lo que harás, lo que dirás, cómo actuarás. Tú decides si armarás un speech con anticipación para no perderte y no quedarte sin nada que decir, o si irás improvisando conforme interactúas con el otro y conforme evolucionan tus emociones.

Hoy he decidido salirme de guión. He decidido que no me importa que piensen que estoy loca. He decidido que ya no tengo nada que perder. El único plan es empezar, luego vamos a improvisar.

martes, 10 de mayo de 2011

Divagaciones vol. LXIV “(varios) pensamientos sueltos”

A veces las cosas suceden de formas que sorprenden a cualquiera. A veces nuestras reacciones no son las esperadas. A veces soy más fuerte de lo que pensaba.

Si hay algo que he aprendido en este tiempo, es que una persona no puede pretender que le vaya bien en absolutamente todos los aspectos de su vida. Por más que hagamos el mayor esfuerzo, dicen por ahí, que el éxito no depende sólo de nosotros mismos. Un poco de suerte, un poco de circunstancias, un poco de estar donde debemos estar en el momento preciso.

La vida me ha demostrado que puede irte bien en varios ámbitos de tu vida, pero siempre habrá uno o dos que te faltan para sentirte completamente pleno y feliz. Siempre habrá algo que quieres tener o vivir para sentirte completo. A veces incluso te planteas la posibilidad de cambiar aquello que tienes por aquello que no tienes.

Pero es difícil decidir dejar algo por otra cosa. Es difícil decirle a una persona que responda si cree que será más feliz en otras circunstancias. A veces, ese vacío que sientes cuando no tienes algo que piensas que necesitas, va creciendo cada vez más hasta que no te deja respirar.

Cuando no sabes qué hacer, cuando te sientes perdido, cuando sientes que quieres ahogar tus penas y enterrarlas, cuando sabes cuál es la solución, pero no eres lo suficientemente valiente como para encararla, ocurre que puedes entrar en un estado de distracción donde dejas de hacer cosas importantes por pensar en la situación e incluso puedes sentirte impotente. Porque no estás seguro de las consecuencias, porque te preocupa lo que pasará después y al final no haces nada.

El silencio es el peor enemigo de la incertidumbre. Porque cuando hay silencio alrededor, tus pensamientos cobran más fuerza, aumentan de volumen y torturan tu cabeza dando vueltas, intentando materializarse y manifestarse de alguna manera.

El silencio te da ideas, te hace imaginar cosas, plantearte diversos escenarios, posibles o imposibles. Te hace pensar en lo que quieres, en lo que no quieres, en lo que puede ser y lo que no será.

A veces suceden cosas que cambian el rumbo de tu vida. Hay un antes y un después de todos los acontecimientos que pasan. Hay personas que están destinadas a tener un paso fugaz en tu vida. Hay personas que están destinadas a quedarse toda la vida.

A veces no hay una solución precisa para tus problemas. A veces hay múltiples salidas para poder sobrevivir. A veces me consuela pensar que “no hacer nada” siempre es una opción. Esperar que las cosas pasen, que caigan bajo su propio peso, que el universo conspire a mi favor y las piezas caigan en su sitio, donde deben estar.

Ayer fue el pasado. Hoy es un nuevo día. Mañana empezaremos otra vez.

miércoles, 27 de abril de 2011

Mañana será otro día.

Hoy voy a dejar de preocuparme por cosas sin importancia y empezaré a disfrutar de nuevo las cosas simples de la vida.

Me voy a dormir con la sensación de que todo saldrá bien, que siempre queda un motivo para sonreír.

Me voy, pero regreso, por estos últimos días de abril…

martes, 26 de abril de 2011

Divagaciones vol. LXIII “en un solo día”

Un día tiene 24 horas, 1440 minutos, 86,400 segundos (sí, lo multipliqué ahorita!)

En un día pueden pasar muchas cosas. Puedes sonreír, puedes reírte a carcajadas, puedes gruñir, puedes sentir una tristeza infinita.

En un día puedes sentir muchas emociones distintas. Puedes querer, puedes amar, puedes enfadarte e incluso frustrarte.

En un minuto todo puede cambiar. Una palabra, una frase, una mirada, una sonrisa, una llamada, un abrazo, lo que sea, pueden cambiarlo todo.

En un día te pueden pasar cosas divertidas que valen la pena contarlas.

En un día te pueden suceder cosas que es mejor olvidar.

Un día puede tener de todo. Un día puede no tener nada.

Puedes vivir muchos días intensamente o puedes pasar los días esperando que algo suceda.

Cada minuto que pasa te puede traer algo nuevo. Todo puede suceder en solo un segundo.

Mucho puede mezclarse en un sólo día… pero al final de cada día, lo único que importa es que seguimos aquí.

sábado, 23 de abril de 2011

Divagaciones vol. LXII “abstracción”

Tengo la capacidad de meterme en mí misma y aislarme del mundo entero si quiero. Puedo dejarme llevar por la canción que estoy escuchando en este momento, cerrar los ojos y dejarme llenar por los acordes de guitarra, por el sonido de los violines e intentar comprender a la perfección lo que me quiere decir esta voz.

Puedo jugar a que no existe nada que me pueda distraer. Puedo jugar a que no hay obligaciones para mañana, para pasado, para algún día cercano. Puedo cerrar mis oídos a todo lo que sucede a mi alrededor, y seguir soñando un poco más.

Puedo intentar que nada me afecte, pero eso sería mentira. Serían intentos en vano de mantenerme indiferente a lo que pasa y lo que no pasa. Porque soy humana y lo que hago me afecta, y lo que haces también.

miércoles, 20 de abril de 2011

...


Han pasado mil días desde la última vez que escribí. Bueno, no mil días, pero es el colmo que ya estemos más de la mitad de abril y sólo haya escrito 2 entradas...

Prometo ponerme a divagar pronto, aprovechando que este es el "último día" de la semana laboral... :) y el resto de la semana tendré más tiempo para meditar... lo necesito!

viernes, 8 de abril de 2011

Este 1O.O4.11… Tú eliges

Muchas veces nos quejamos de que no nos dejan escoger lo que queremos. Nos quejamos de que no podemos elegir aquello que en verdad nos gustaría.

Es hora de dejar de quejarse y empezar a actuar y decidir.

Nunca me ha interesado la política, y esta entrada podrá hacer referencia a muchas cosas, pero no analizaré las cosas desde el punto de vista político. Primero, porque no tengo herramientas para hacerlo y segundo, porque quiero dar mi punto de vista personal y punto.

La semana pasada fue la primera vez en mi vida que vi un debate presidencial completo. Si ahora no me interesa mucho la política, antes, que no tenía que votar, me interesaba mucho menos. Sin embargo, dado que este domingo tengo que ejercer mi derecho/deber ciudadano, tenía que informarme.

En realidad, lo que escuché me sirvió para convencerme de dos cosas:

1. El candidato Ollanta Humala no sabe lo que es una pregunta, no sabe responder preguntas, y sólo se dedicó a leer su plan de gobierno y decir: “¿está usted de acuerdo conmigo?"  Un tweet de un amigo mío que leí mientras se realizaba el debate decía algo como: Si Humala no puede respetar su espacio de preguntas de 30 segundos, cómo va a respetar por 5 años a 29 millones de peruanos?…

2. El candidato Pedro Pablo Kuczynski me cae bien. Me parece real, transparente, positivo y jovial. Es como esos señores buena onda que te cruzas en la calle y te dicen "buenos días, qué tal?”. Sabe lo que hace, sabe lo que dice, es coherente y me convence de sus ideas. Es el único candidato al que he escuchado decir: yo voy a hacer “esto”, y lo voy a hacer así.

Iba a obviar lo que me dejaron los otros candidatos, pero por qué no decir que en realidad Keiko es una buena oradora, tiene buen manejo del escenario y entonación para compartir sus ideas; por qué no decir que me altera ver la cara de Castañeda y escucharlo, peor; y por qué no decir que no es que tenga algo especial en contra de Toledo, pero él ya tuvo su oportunidad, pues.

Entonces, yo ya decidí mi voto. Y me voy a sentir orgullosa de decir que este domingo yo votaré no por “el voto seguro” ni por “el mal menor”. Voy a votar por aquel que creo que puede plantar las bases para el desarrollo del país. Votaré por aquel que muestra identificación con el Perú y con su gente.

Muchas personas saben quién es el candidato ideal, pero temen que “no llegue”. A ellos les digo: si ustedes no votan por el que creen ser el más capaz, es un voto menos. Si más personas piensan como ustedes… ¿se imaginan el porcentaje de votos perdidos ahí que se van a otros candidatos “seguros”?.

Sé que quedan pocos días, es más, poco más de 24 horas en realidad, pero nunca está de más hacer una reflexión y llamar a los demás a reflexionar aunque sea un momento.

Entonces, tú, piensa: ¿Por qué conformarte con menos, si puedes elegir al mejor?

sábado, 2 de abril de 2011

Divagaciones vol. LXI “atrás”

Llega un momento en que pierdo la noción del tiempo. Me pierdo entre mis recuerdos hasta el punto en que ya no puedo recordar.

Veo fotos del pasado, intento recordar las voces y no puedo, intento recordar historias y no me alcanza la memoria.

Me pierdo entre los rostros antes familiares y descubro que ya no los reconozco más, por más que lo intente.

A veces quiero retroceder el tiempo para volver a esos momentos, poder ver y vivir de nuevo todo de una perspectiva diferente.

Pero no puedo, no podemos volver a lo que fuimos, no podemos volver a lo que fue.

A veces pienso en el pasado, pienso en lo que pasó, pienso en lo que viví y en lo que no podré hacer otra vez.

Los años pasan y me pasan por encima, igual que los días pasan intrépidos y maleducados, casi sin saludar.

Escucho canciones que me transportan hacia atrás, hacia ayer, hacia siempre.

Y me hacen recordar lo que fue, lo que pasó, lo que ya no seré.

domingo, 27 de marzo de 2011

Divagaciones vol. LX “hay días y días…”

Hay días en que los carros avanzan más rápido, como si estuvieran en una carrera.
Días en que la gente camina velozmente por las veredas.
Días en los que se me aglomeran las ideas.
Días en los que parece que algo va a suceder de la nada.
Días en los que la realidad te sorprende y te golpea.
Días en los que algo pasa y te cambia todo el panorama.

Hay momentos en los que las horas pasan sin que me de cuenta.
Días que pasan antes de que los pueda contar.
Momentos en que me siento perdida sin saber por donde caminar.
Son esos días en los que todo sucede tan rápido a mi alrededor,
Y yo sólo quiero quedarme quieta, quieta sin que nada suceda.

Quiero cerrar los ojos y no saber nada.
Quiero dejar de buscar razones y empezar a disfrutar.

sábado, 19 de marzo de 2011

Divagaciones en verso vol. XVI

[mini mini poema propio]


Yo finjo que todo está bien y sonrío.
Finjo que no me importa que el teléfono no suene el día de hoy.
Finjo que no estoy esperando escuchar tu voz.


Puedo fingir que el tiempo no pasa.
Puedo fingir que mis lágrimas son de risa.
Puedo fingir que no espero nada de ti.

martes, 15 de marzo de 2011

No sé cómo pude dudar alguna vez.
Pero, una vez más, no estoy segura si no lo sé.

viernes, 11 de marzo de 2011

Divagaciones vol. LIX “Tsunami”

Te puede tocar cualquier cosa. En cualquier momento, así estés preparado o no. Así no estés listo, puede venir.

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Las líneas mencionadas arriba las escribí hoy en la mañana antes de salir de mi casa y las dejé ahí, abiertas a cualquier cosa.


Coincidencia o no, no lo sé, fue que al leerlas ahora en la noche las puedo relacionar con los acontecimientos ocurridos desde ayer (aunque recién me enteré hoy) en Japón: desde el terremoto, hasta el tsunami que amenazó a varios países costeros, pasando por todas las alarmas, desgracias y desastres.

Y este tipo de acontecimientos hace que me pregunte varias cosas, como por ejemplo: ¿cómo quedarse indiferente frente a las cosas que pasan en el mundo? Gracias a la tecnología, la información corre a una velocidad impresionante. Si no te enteras por el periódico, lo ves en las noticias virtuales, en tu iphone, en tu smartphone, por Facebook o por Twitter.

¿Y qué pasa cuando nos enteramos? Algunos se preocupan, otros entran en pánico, otros simplemente lo twittean, mientras otros toman fotos y a unos cuantos no les importa… Si bien estamos viviendo de “lejos” la desgracia ocurrida en Japón, este hecho ha podido afectarnos indirectamente también. Es más, gracias a la globalización, en realidad todo nos afecta.

Debo confesar que yo misma no me tomé en serio lo del terremoto cuando me enteré en la mañana, es más, han habido tantas amenazas de tsunamis últimamente que en realidad no le presté atención a las alarmas y demás. Sin embargo, cuando me puse a pensar en las consecuencias del terremoto para los japoneses, la cantidad de gente que murió debido al mar que bañó la tierra, todas las edificaciones destrozadas, familias rotas… no pude hacer más que interiorizar toda la información que había visto y transformarla en empatía, en un sentimiento de deseo de que todo saliera bien.

Por lo que he podido leer en las últimas noticias, no ha pasado nada en Perú por el tsunami. Hay personas que andan diciendo que fue por gusto tanta alarma, tanta evacuación, pero yo me pregunto: ¿y si hubiera pasado algo? ¿si nadie hubiera hecho nada, si no hubieran evacuado a las personas que estaban cerca al mar, y pasaba algo grande? Entonces el peso de la culpa por no hacer nada sí hubiera sido enorme e irresponsable.

Soy de las personas que opinan que más vale prevenir que lamentar, y en este caso en particular, estoy de acuerdo con todas las precauciones que se tomaron, aunque no haya sucedido nada más grave acá, felizmente.

Crucemos los dedos para que la situación se normalice, para que la naturaleza se tranquilice y todo vuelva a la normalidad, o al menos a las cosas como las conocemos normalmente.

lunes, 7 de marzo de 2011

Serán muchas las veces que yo diga que no, cuando en verdad quiero decir que sí.

Serán muchas las veces que de mil y un vueltas antes de dar una respuesta, aunque la sepa de antemano.

Serán muchas las veces que me esconda, que desaparezca, que haga una pausa para estar conmigo misma y mi otro yo.

Serán muchas las veces que no entiendas lo que quiero decir, que no diga todo lo que llevo dentro.

Serán muchas las veces que tendrás que leer entre líneas, o leer mis pensamientos más internos.

Serán muchas las veces que tengas que mirarme a los ojos y aguantar lo que te quieren decir, sin ninguna palabra más.

Serán muchas las veces que me de un arranque enorme de sinceridad y te diga todo, todo.

Serán muchas las veces que creerás no conocerme realmente, aunque yo me esté mostrando tal cual soy.

Serán muchas las veces que yo te busque e intente encontrarte, aunque en el fondo espero que tú me encuentres a mí.

Idea suelta

“A guy and a girl can be just friends but at one point or another, they will fall for each other. Maybe temporarily, maybe at the wrong time, maybe too late, or maybe forever”. - Dave Matthews*

Me gustaría poder divagar alrededor de esta frase, tengo muchas cosas que quisiera decir, pero no sé por dónde empezar, no sé cómo ordenarlas.

Por el momento la dejaré así, al aire, como una idea suelta que puede viajar con el viento si quiere, adaptándose a diversas situaciones, dependiendo de las circunstancias, benditas circunstancias…

((Por si alguien requiere traducción, esta frase se resumen a que un chico y una chica pueden ser sólo amigos, pero de un momento a otro, se van a enamorar, tal vez por un tiempo, tal vez en el momento equivocado, tal vez demasiado tarde, o tal vez para siempre…))

*Dave Matthews es un músico, que forma parte de Dave Matthews Band, un grupo que conozco desde que estaba en el cole, gracias a unos buenos amigos :) es altamente recomendable, no solo por esta frase que dijo alguna vez y extrañamente no forma parte de ninguna canción.

jueves, 3 de marzo de 2011

Divagaciones vol. LVIII “circunstancial”

Para mí, hay muchas cosas que son circunstanciales en la vida, y creo que ha llegado el momento de explicar un poco el término, ya que “circunstancial” es una palabra que tiendo a usar bastante en ciertos momentos.

Creo que es un poco más fácil intentar explicarlo con ejemplos como éste: probablemente tú y yo nos hemos cruzado en muchas ocasiones, pero no te acuerdas, no me acuerdo, no lo retuvimos porque las circunstancias no nos hicieron conocernos realmente. Pero qué pasa un buen día que alguien nos presenta, o nuestros caminos se cruzan de una forma así como de casualidad y, dadas las circunstancias, nos volvemos amigos.

Si no hubiera sido de esa forma, si no se hubieran dado las circunstancias, entonces tal vez eso no hubiera sucedido y cada uno seguiría su vida normal.

Circunstancial también es, por ejemplo, que yo te vea de una forma diferente a como te vería si te hubiera visto en otro lado. Explico, si te hubiera conocido en determinado lugar, cada uno en su ambiente, probablemente no nos hubiéramos llevado bien, o tal vez sí. Pero dadas las circunstancias en la que nos conocimos, te pude ver de una forma que me mostraron cosas interesantes, que valían la pena conocer.

Pasa a veces que tengo una opinión formada acerca de alguien, pero luego las circunstancias me hacen ver cosas diferentes. Creo que si las circunstancias cambian y lo demás permanece igual, hay posibilidad de tener otra perspectiva de las cosas.

En lo personal, a mí las circunstancias me afectan, me hacen ver por distintos ángulos, me hacen pensar en otras posibilidades, me hacen decir: esto es circunstancial, y qué?

domingo, 27 de febrero de 2011

Hace tiempo no me sucedía esto: una sequía de ideas y no saber de qué escribir. Tal vez se debe a que ahora ocupo mi tiempo en otras cosas que no es escribir. O tal vez es porque me pasan tantas cosas tan confusas que no sé por dónde empezar a contarlas, o como contarlas.

Como sea, mañana es el último día de febrero y empieza mi última semana de vacaciones. Luego empieza un nuevo ciclo, que va a ser distinto, estoy segura.

¿Sobreviviré? Sólo el tiempo lo dirá :) pero intentaré escribir lo más que pueda, lo prometo :)

sábado, 26 de febrero de 2011

Creo que ahora puedo decir que logré desprenderme de ese algo imaginario que nunca existió.
Creo que ahora es el momento de dar la vuelta a la página y seguir avanzando y escribir mi propia historia.
Creo que es tiempo de dejar a un lado las incertidumbres y estar segura de las cosas.
Creo que es hora de dejar de esperar que algo suceda. Es hora de hacer que las cosas pasen.

domingo, 13 de febrero de 2011

Retazos de ficción “mil rostros, mil facetas”

Puede ser que a ti no te importe, puede que para ti siga todo igual. Probablemente no piensas como yo, o como la mayoría de gente normal, que piensa que algo no puede ir del “todo” a la “nada” en menos de un pestañeo.

Tú puedes ir del negro al blanco en menos de un segundo, pasar de un estado de máxima euforia a un estado de depresión total. Puedes pasar de querer a alguien intensamente a odiarlo a más no poder, y viceversa.

¿Cómo puedes hacerlo? Yo no lo entiendo. No sé si alguien lo entienda. A mí me agotaría tener tal cantidad de sentimientos mezclados internamente, como múltiples personalidades que se superponen y no se pueden controlar, todas ellas luchando por salir a flote y sobrevivir.

A veces me gustaría que no me afecte lo que haces o dejas de hacer. Pero es imposible, eres parte de mí, y no puedo dejarte salir de mi vida así de la nada, aunque parece que tú si puedes hacerlo.

Puedes fingir que no te importa, puedes fingir que todo sigue igual, pero sabes que algo cambió. Sabes que hay algo que es diferente. Tal vez seas tú, tal vez seamos los demás. Tal vez tus mil rostros se han dejado ver tal cual son, tal vez todas las facetas se mezclaron en un remix confuso. Tal vez, después de todo este tiempo puedas dejar de fingir y empezar a ser alguien realmente auténtico.

Tal vez puedas dejar de mentirnos a la cara, como si no supiéramos la verdad. Tal vez puedas ser sincero al 100% y decir todo lo que quieres decir. Tal vez puedas decidir ser tú, tal cual, sin mezclas, sin confusiones. Tal vez en algún momento entiendas el significado de la amistad, del amor, del perdón, de los detalles y las cosas simples de la vida.

No sabemos cuándo suceda, no sabemos si sucederá. Pero sé que en ese momento podrás querer de verdad.

sábado, 5 de febrero de 2011

Idea suelta*

Esos momentos…
- Momentos inesperados que se convierten en las mejores memorias.
- Ducharse para que se vayan las penas y las preocupaciones por el desagüe.
- Sentir que perteneces a un lugar.
- Decidir qué quieres hacer con tu vida.
- Sentirse satisfecho.
- Conocer personas que cambian tu vida.
- Despertarse y sentir que realmente has descansado.
- Darse cuenta que todo va a estar bien.

Estos momentos no pasan todos los días. A veces, no te das cuenta de lo importantes que son o lo mucho que pueden representar para tu vida en un futuro. Pero existen, suceden.

Estos momentos hacen que te des cuenta de que respiras, que estas vivo y no te debes rendir, pase lo que pase.

**basado en un post de Tumblr.

lunes, 31 de enero de 2011

Hoy es el último día de enero. Es hora de terminar el cuento.
Hoy es el último día del sufrimiento. Es hora de encerrar el miedo.
Hoy es el último día del dolor. Es hora de abrirse al amor.
Hoy es el último día de enero. No es hora de decir adiós.

sábado, 29 de enero de 2011

Me sobran los motivos para escribir acerca de Sabina

Joaquín Sabina. Cantautor español. Voz aguardientosa, letras precisas. Miles de canciones, múltiples conciertos.

Sabina me hace pensar, me hace sentir, me hace entrar en mí misma y darle vueltas a mis pensamientos. Sabina, con esa boca que es suya, me canta y me envuelve entre sus frases crudas y sus palabras punzantes, que me llevan a soñar por un boulevard de sueños rotos y luego me traen de vuelta a la realidad.

Sabina me lleva en busca de las siete llaves del misterio, siete versos tristes para una canción, siete crisantemos en el cementerio, siete negros signos de interrogación.
Y me lleva a cuestionarme lo que pasa, lo que vivo, lo que soy. Me hace darme cuenta que lo que canta se relaciona con mi vida, y me pongo a superponer los hechos que suceden, como si fueran versos acompañados de una guitarra.

Sabina llena mis silencios con sus canciones, con su “ruido” característico. Ruido mentiroso, ruido entrometido, ruido escandaloso, silencioso ruido… Ruido acomplejado, ruido introvertido, ruido del pasado, descastado ruido… Ruidos como sables, ruido enloquecido, ruido intolerable, ruido incomprendido.
Y, como un explorador, explora mis sentimientos, y hace que quiera cerrar mis ojos y empiece a dejar de pensar, y sólo sentir. Para poder reconocer que me muero de ganas de decirte que me muero de ganas de decirte que te quiero.

Y luego, cuando me entra la depresión, porque Sabina me lleva a sentir más de la cuenta, y ni un chocolate me anima, viene a recordarme una vez más que existen más de cien palabras, más de cien motivos, para no cortarse de un tajo las venas, más de cien pupilas donde vernos vivos, más de cien mentiras que valen la pena.

Recuerdo el pasado, pienso en mi presente, y me anima el futuro. Pero eso no quiere decir que no me haya dejado un poco de lágrimas y besos con sal.
SabinaJoaquin-EstaBocaEsMia

Aún hoy, después de tanto tiempo, recuerdo el tono exacto de tu voz.
Aún hoy, después de tantos años, recuerdo el aroma de tu piel.
Aún hoy, después de tantos recuerdos, te sigo queriendo.
Como ayer, como siempre.

** nota aparte: sí, hoy estoy medio inspirada, creo que se debe a mi estado de ánimo y al hecho de que ayer estuve escuchando Sabina (mala combinación cuando lo último que quieres es sentir)… fácil se vienen más entradas a lo largo del día, no prometo nada.

Justo cuando me había hecho la idea de no tenerte en mi vida, apareces y me acostumbras a tu presencia constante.

Justo cuando me había acostumbrado a tu presencia constante, se te ocurre desaparecer y aparecer intermitentemente.

Justo cuando estamos en esa situación, me doy cuenta de que te necesito más que nunca, más que siempre.

Y eso, es justamente lo que más temía.

martes, 25 de enero de 2011

Para dejar de pensar en cosas que, al pensarlas más, me confunden más, escribo.

Escribo acerca de todo y acerca de nada.
Escribo acerca de lo que veo y lo que me pasa.

Al escribir, intento no pensar en algo que no sea lo que esté escribiendo. Que es todo y es nada al mismo tiempo.
Intento dejar de dar vueltas a las cosas, intento dejar de crearme expectativas, de imaginar escenas que nunca existieron, que pudieron ser, que no fueron, que podrían ser.
Escribir acerca de lo que no quiero escribir no está ayudando… no esta vez…

miércoles, 19 de enero de 2011

Divagaciones vol. LVII “buenos días”

Hoy, temprano, antes de las 8 de la mañana, andaba caminando por la calle y me crucé con un señor (nunca supe quién era, sólo lo vi conversando con un frutero en una esquina).

Resulta que el señor me dijo: “Buenos días”. Yo le respondí: “Buenos días”. Al alejarme pude escuchar algo así como: “ves? así es como se tiene que responder, con buenos deseos, deseando un buen día, para que sea un buen día”.

Por cosas de la vida y del destino, diez minutos después volví a pasar por el mismo lugar, donde seguía estando el señor conversando con el frutero. El señor me vio y me preguntó: “y? qué tal? ha sido un buen día? salió todo bien?”

Dado que sólo habían pasado diez minutos, la situación me dio risa, pero igual le respondí: “sí, hasta ahora ha sido un buen día”. Mientras me alejaba por segunda vez pude escuchar su voz diciendo: “ves? esa es una buena actitud, así debería ser, ya vas a ver que a esa chica todo le irá bien”.

Ahora que han pasado prácticamente 12 horas desde esa situación, creo que es momento de analizar a profundidad el día de hoy. ¿Fue un buen día?

Definitivamente tengo que reconocer que he tenido días mejores, días más emocionantes, donde me he reído más, donde he pasado momentos increíbles… pero, creo que en términos generales, hoy no la he pasado mal.

Hoy hice cosas útiles, sonreí, dije gracias, reí, escribí, hablé, compartí, pregunté, me interesé, pensé, divagué, di mil vueltas…

Hoy dije “Buenos días”. Y, bueno, siempre mañana puede ser un día mejor.

domingo, 16 de enero de 2011

Retazos de ficción: psicoanálisis

El otro día te pregunté si pensabas que estaba loca. Me dijiste que yo podía ser cualquier cosa, menos estar realmente loca.“Todo el mundo comete locuras, pero eso no quiere decir necesariamente que esté mal de la cabeza”.

El otro día te pregunté si tenías tu vida resuelta. Me dijiste que tenías muchos planes, pero era difícil concretar algo entre tantas cosas en tu mente.“Todo el mundo intenta abarcar y hacer muchas cosas en la vida, y al final termina haciendo nada, perdiéndose entre las muchas cosas que quiere hacer en algún momento”.

El otro día te pregunté muchas cosas. Me dijiste que no tenías respuesta para todas ellas.
“Hay muchas cosas que nos pasan en un momento determinado que no comprendemos, simplemente suceden, y tenemos que vivir con ello y las consecuencias de eso. A veces, basta avanzar unos cuantos años para adelante y luego mirar atrás. Es ahí donde al fin puedes comprender el sentido de todo lo que te pasó”.

Antes del otro día, era una persona que sabía ciertas cosas sobre la vida. Después del otro día, puedo decir que sé un poquito más, que he aprendido algunas cosas importantes y que ahora entiendo mucho más que antes. Ahora, al fin, puedo encontrar un poco más de sentido.
“Sólo mirando hacia atrás puedes unir los puntos”.

martes, 11 de enero de 2011

Divagaciones vol. LVI “un gran UFF”

Uno de mis más grandes bienes es mi celular. No porque sea mi herramienta de trabajo (aunque podría serlo). No porque me haya costado un montón. Simplemente porque, es mi celular, pues.

Sin mi celular me sentiría perdida, además que sin él perdería muchos números importantes que no me sé de memoria. Esto último debido principalmente a que, gracias al celular, ya no tengo que aprenderme ningún número.

En fin, ¿a qué viene esto? A que hoy, casi pierdo mi celular. Casi lo dejo en realidad, abandonado, triste y solo.

Estaba en el micro y, como siempre, tenía mi celular en un bolsillo. Ya me había dado cuenta a lo largo del día que el bolsillo del pantalón que tenía puesto era un poco pequeño y el celular no entraba bien, pero hasta ese momento no se había salido.

Resulta que cuando me paré para pagar y bajarme pensé: me fijaré que tengo todas mis cosas antes de bajar. Sin embargo, antes de que eso suceda, una chica y un señor me señalaban el piso y me dijeron: se te cayó tu celular.

Es una entrada un poco sonsa, un poco corta, pero significa mucho para mí por dos razones:

1. Si ellos no me hubieran dicho que se me había caído el celular, probablemente sí me hubiera dado cuenta que me faltaba, pero no lo hubiera encontrado, porque estaba escondido debajo de un asiento y yo no lo veía desde donde estaba parada. Es decir, se hubiera perdido, probablemente.

2. Esto me demostró una vez más que en el mundo hay gente buena y honesta, que actúa sin esperar algo a cambio de sus acciones.

Normalmente, cuando algo importante se te pierde, o crees que lo has perdido, sientes que se te va la sangre del cuerpo y todo se vuelve frío. Eso no me pasó hoy porque no me di cuenta en realidad que estuve a punto de perder algo.

No quiero imaginarme qué hubiera pasado si me hubiera bajado sin mi celular. Fácil corría atrás del micro. Fácil me caía, qué se yo. Fácil nunca recuperaba mi celular porque estaba con tacos y me dolían los pies. Pero nada de eso importa, porque hay gente buena que logró evitar esta desgracia.

martes, 4 de enero de 2011

Divagaciones vol. LV “mi mamá me lo advirtió”

¿Por qué las mamás siempre tienen razón? Hay muchos casos que, aunque no son científicamente comprobados, lo demuestran.


Uno de esos casos lo viví hoy.

Mi mamá siempre me decía que ponga el seguro de la puerta cuando fuera a salir por un rato, por si la puerta se me cerraba y yo me quedaba afuera.

A veces, cuando me acordaba, lo hacía, pero no era algo que tuviera realmente presente. Total, podía salir con mi llave en la mano, no?

En fin, hoy la señora que va a limpiar mi casa me avisó que ya se iba, entonces yo la acompañé, saliendo por la puerta de la cocina, con las llaves en la mano. Abrí la puerta de la calle, la despedí, cerré la puerta de la calle y escuché: PUM. Y en mi mente pensé: oh no…

Cuando volví a la puerta de la cocina, se había cerrado, conmigo afuera. Miré las llaves que tenía en la mano y recordé que esa puerta NO se abría con esas llaves, porque la cerradura tenía laca adentro y se había pegado. Igual lo intenté. La llave no giraba.

Miré hacia arriba, considerando la posibilidad de trepar por las ventanas y entrar, pero mi cabeza no podía entrar entre las rejas… Mientras evaluaba las distintas posibilidades me reía, por lo gracioso de la situación: no poder entrar a mi casa teniendo las llaves.

Aquí están los hechos de la situación: no había nadie en mi casa, no tenía mi celular, no tenía ni un sol en el bolsillo, hacía demasiado calor. Para no quedarme sentada mientras mi mamá regresaba, decidí caminar por la calle. Me sentía un poco perdida y me reía sola mientras andaba porque no sabía a dónde estaba yendo.

Luego, escuché la voz de mi mamá en mi mente diciendo: te dije que pongas el seguro. En ese momento, la situación pasó de ser graciosa a ser un poco sonsa. Me sentí bien tonta por haberme quedado afuera. Luego pasó a ser una situación recontra estúpida.

Después de caminar ida y vuelta como media hora, volví a entrar a mi casa y me quedé parada en mi garaje mirando entre las rejas. En ese momento, la situación dejó de ser graciosa y estúpida, y pasó a ser simplemente triste y solitaria. Entonces, decidí hacer algo útil, así que regué el jardín de afuera, de paso que me refrescaba un poco porque hacía demasiado calor.

Terminé de regar y decidí que tenía que entrar a mi casa. Volví a coger la llave con un poco de recelo y la metí en la cerradura. No giraba. Pero podía empujar un poco la puerta. La empujé, me empotré, no una, no dos, sino tres veces, tal vez más.

En eso, la llave giró al lado contrario y sentí que la cerradura dio un golpe como cerrando (más) la puerta. Di la vuelta al lado contrario y el golpe volvió a sonar (pero ahora como para abrir la puerta). Di la vuelta otra vez mientras golpeaba una vez más la puerta y… entré :)
Estar en mi casa nunca había sido mejor :) Tenía sombra, tenía agua, podía ir al baño, me podía sentar…


Cuando mi mamá regresó y le conté riéndome lo que me había pasado (después de todo si es gracioso), me dijo dos cosas:

1. Te dije que pongas el seguro.
2. Arreglaste la puerta!


Bueno, al menos algo bueno salió de esta situación…
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