sábado, 19 de noviembre de 2016

Movistar, ¿qué tengo que hacer para que me cambies el modem de Internet?


La premisa es simple: uno paga para recibir un servicio y, si no recibes el servicio, no deberías pagar verdad? 

Desde hace varios meses tenemos problemas con la conexión de internet fija y creo que no es un problema poco común. De hecho, me imagino que los operadores del call-center ya deberían estar acostumbrados a este tipo de quejas y reclamos.
 
La gran pregunta que yo me hago entonces es: ¿a todos los clientes les dan las mismas evasivas cuando sucede esto? He aquí mi caso:
 
*Cierto día de algún mes, varios meses antes*: Llamo a Movistar a reportar una falla en la señal de internet. Como esto ya venía ocurriendo seguido, solicité un cambio de modem, ya que me parecía que la antigüedad del nuestro podría ser el problema. La señorita que me atendió indicó que el modem no era el problema y muy amablemente me informó que realizaría unas actualizaciones en el sistema de manera remota para corregir el inconveniente. Luego de media hora, la señal se reestablece y el problema "queda solucionado".
 
*Días después*: La señal sigue fallando, pero al fin y al cabo, vivimos con eso porque nos da flojera volver a llamar.
 
*Varios meses después*: La penúltima semana de octubre, tuve que trabajar desde casa para quedarme con Sebas bebé (1 año y 3 meses a la fecha). Trabajar desde casa es realmente útil, siempre y cuando tengas conexión a internet y puedas trabajar. 

En este caso, yo no tenía señal, por lo que decidí contactar, nuevamente, a Movistar y solicitar, nuevamente, un cambio de modem.  La señorita que me atendió esta vez me sugirió retirar el cable coaxial (señorita, cuál de todos es el coaxial?) para reiniciar la señal. 
Al no solucionarse con esta jugada, me indicaron que un técnico me visitaría en las siguientes 24-48 horas. A los dos días llegó el técnico, quien se subió al techo de la casa, ajustó ciertos parámetros y me indicó que ya no habría problema. No lo hubo, en las siguientes dos horas, luego de las cuales, se volvió a ir la señal. Cabe recalcar que este técnico me dijo que el modem que teníamos nosotros era mucho mejor que "los nuevos" y que no me recomendaba cambiarlo. (Aquí se me prendió el foco y deduje que tal vez no tienen stock de modems, o tal vez no quieren darme uno gratis). 
 
Llegados a este punto, hay algunos aspectos de la prioridad que le doy a este tema que quiero considerar:
1.        El internet lo necesitaba para trabajar, sin él, no podía ver mis correos ni avanzar con todo lo que tenía pendiente.
2.        El internet nos da Netflix, y, cuando tienes un bebé pequeño cuya distracción perfecta son Los Backyardigans, no tener conexión puede ser un poco desesperante para ambos.
 
En fin, continuando con el tema, seguíamos luchando con la falta de internet y renegando por no poder trabajar online, ver videos en tablets, ver Netflix o jugar FIFA online, cuando nos visitó otro técnico el lunes 31 de octubre, quien literal lo único que hizo fue subir, ver el modem y decir: uy, este modelo de fibra óptica no lo conozco, yo veo los antiguos. Señor, mi modem tiene más de 6 años, por lo que sé, los objetos tecnológicos a los 6 años ya deberían ser obsoletos. El señor se fue no sin antes decir que había un problema general en la zona y que eso podía ser la causa de la mala señal.
 
Dada esta información, le escribí un whatsapp a mi vecina a preguntarle qué onda con su señal, y la de ella funciona perfectamente bien. Señores Movistar, qué diferencia hacen 10 metros para que la señal llegue a su casa y a la mía no? ¿Cuál fue el factor diferencial que descubrí? Ella tiene su propio modem, no uno proporcionado por ellos. ¿Esa es la solución? ¿Debo conseguir mi propio modem?
 
Movistar, tengo dos últimas peticiones para ti: Dime si tu servicio es tan malo y lo seguirá siendo, para considerar cambiarme de proveedor de Internet o dime qué tengo que hacer para que me cambies el modem de una vez. 
 
Muchas gracias,
 
Una cliente frustrada 
 
PD: La ironía de todo este descargo, es que al querer subirlo a mi blog, me di cuenta de que no tengo conexión de internet para hacerlo. (He tenido que esperar dos semanas para poder subirlo).


--- Actualización ---
Ayer por cosas de la vida encontramos un técnico de Movistar fuera de la casa, quien productivamente revisó nuestra conexión, cableado y parámetros... y ¿saben qué concluyó? "Todo está bien, señores. Lo único que les sugeriría cambiar, es el modem".

miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Estar en redes sociales basta para dar un buen servicio al cliente?

Publicado en Blogs Perú 21 y Visión de Servicio

Cada vez son más las empresas que deciden apostar por el Social Media y las redes sociales para estar más cerca de sus clientes. Sin embargo, invertir en redes sociales no asegura que se dará un mejor servicio al cliente.

Muchas empresas ven la red social como una herramienta que “está ahí” para publicitar la marca, mejorar su imagen, posicionarse o “tener contacto directo” con los clientes.  Pero, si realmente se quiere aprovechar todo el potencial de las redes sociales, se las debe considerar un canal más de atención al cliente, como podría ser una oficina, tienda, servicio por teléfono u otro, según sea el caso.

La red social no debería limitarse a difundir información relevante de interés para los clientes (o para promocionar productos o servicios de la empresa). Los clientes ven las redes como un medio de contacto para consultas sin la incomodidad de la espera en una cola o incluso para quejarse por un mal servicio o producto defectuoso. Y las empresas deberían saber cómo reaccionar dependiendo del caso específico, personalizando las respuestas, evitando brindar un discurso “estandarizado” para solucionar el problema.

Por ejemplo, cuando un cliente realiza una consulta puntual y la respuesta que se da es: “Por favor, llame al siguiente número para poder comunicarse con nosotros directamente y que uno de nuestros representantes lo pueda atender”, lo que se está haciendo es derivar al cliente de un canal a otro, cuando el primero (la red social) debería tener la capacidad de resolver la consulta/atender al cliente/realizar una venta.

Lograr esto no es imposible, solo requiere partir de una base: orientación hacia el cliente. Si las empresas comprenden que todas las actividades que realicen deben estar orientadas a brindar un servicio de calidad y satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes en todos los momentos de verdad, se darán cuenta que incluso en redes sociales deben esforzarse por brindar soluciones rápidas a los requerimientos de sus clientes.

Lo más probable es que lograr esto requiera rediseñar los procesos internos para poder brindar atención al cliente por el nuevo medio y evitar derivarlo a otro canal de atención, evitando reprocesos y molestias en los clientes, que lo quieren todo al momento, ya que si se demora demasiado, hay una fila de competidores luchando por vender el mismo producto o servicio.

Para que esto funcione, no es necesario que una persona conozca de memoria toda la información para poder dar las respuestas a los clientes o (si el servicio es terciarizado) se las haga llegar al Community Manager encargado de monitorear la red. Lo que se necesita es que toda la organización esté alineada para brindar un servicio de calidad en todos los canales de contacto con el cliente, de modo que la información fluya de manera adecuada hasta llegar al cliente.

En mi opinión, solo de esta manera se podrá considerar a la red social un canal de atención que permita no solo estar en contacto directo con el cliente, sino también resolver inquietudes o incluso concretar una venta, generando verdaderas relaciones de fidelidad con los clientes, que a largo plazo, resultarán redituables para las empresas.

martes, 23 de octubre de 2012

¿Yo dije nunca?

Recuerdo haber dicho alguna vez: Nunca me crearé Tumblr. 
¿Para qué? ¿Cuál es su utilidad? Ya tengo Facebook, Twitter, Pinterest, Google+, Foursquare, Blog... ¿para qué otra cosa más?

La verdad es que no lo hubiera creado si no hubiera sido porque encontré en Tumblr una forma de materializar el proyecto que tenía en mente: compartir fotos y crear historias. 
Siento que podría haberlo hecho acá, en el blog, pero me di cuenta de que queria que las imágenes fueran las protagonistas. En el blog, las imágenes funcionan como simple acompañamiento de las palabras. En el Tumblr, serán las palabras las que acompañen las imágenes. A veces incluso podrán estar de más.

En un inicio la idea era publicar una foto por día (con su historia o descripción respectiva), pero eso requería tener la inspiración todos los días y probablemente hubiera sido insostenible en el tiempo.

Por eso, será una foto semanal. 52 fotos, 52 semanas, 52 historias. Un año en el cual publicaré fotos (antiguas y nuevas) y, de acá a octubre del 2013 podré ver qué tanto ha cambiado y qué sigue igual. 

Pueden seguir el proyecto acá: Historias Visuales

Lo quiero terminar. Lo voy a terminar.


jueves, 27 de septiembre de 2012

#Bipolar

Hace tiempo que no escribo. Creo que hace más de un mes. No sé si diré hoy algo relevante, no sé qué saldrá. Solo sé que quiero escribir, como antes, como para no pensar de más, como para no hundirme en mi propia locura.

Se supone que ya estamos primavera. En teoría debería salir el sol y todo debería pintar mejor. Pero no. Vivimos en Lima, la de los mil climas. La que es gris por las mañanas, fría y húmeda dependiendo el distrito al que vayas, podría salir sol en la tarde, la gente piensa que habrá terremoto, luego empieza el viento frío y te congelas de nuevo.

Mi humor anda como el clima. Bipolar, cambiante, errante. Puedo estar sin energía en la mañana, sonriente al despertar del todo, puedo estar metida en mis propios pensamientos, dejarme llevar por lo que dice una canción. Puedo fingir alegría, derrochar tristeza y sentir mis ojos como hielos congelados a punto de derretirse.

Hoy no es que tenga algo especial que compartir. Simplemente hay algo que quería salir. Y mi cabeza ahorita es un sancochado de pensamientos enredados que no saben por donde salir.

domingo, 12 de agosto de 2012

Entre Cerros

Debí haberlo imaginado. El destino final al que iba a llegar era un lugar que se llamaba Entre Cerros. No se me ocurrió que iba a ser literalmente un fundo “entre cerros”, el cual iba a bloquear totalmente la señal de mi celular, no solo de Internet, si no de llamadas #Epicfail.

En realidad, cuando me di cuenta de la situación (es decir, cuando mi celular empezó a mostrar intermitentemente las palabras: buscando… sin servicio), entre en ataque de risa porque recordé todas las veces que he viajado por carretera y decía: no tengo señal… aah, es que estoy entre cerros… Y bueno, ahora no podía moverme a ningún lado porque estaba encerrada entre montañas.

En ese momento decidí que probaría, forzadamente, qué tanta era mi adicción al smartphone. Así fueron las respectivas etapas del experimento:

1. Buscando señal desesperadamente mientras internamente no podía creer lo que estaba sucediendo. Ni siquiera podía hacer check in en el lugar para poder resaltar la ironía del asunto (era como cuando Twitter se cae y quieres tuitear que no funciona Twitter… qué, no?)

2. Descubrí un mirador en la punta del cerro al cual podía subir para “observar el paisaje” y de paso ver si había señal, pues. Luego de unos minutos dando vueltas por arriba, en un milagroso punto capté la señal el tiempo suficiente para: a) Tuitear mi fail b) Hacer check in c) Responder unos cuantos mensajes por Whatsapp diciendo: no estaré disponible por las próximas horas.

3. Resignarme a no tener señal mientras estuviera entre los cerros y apagar el celular para que la batería no se agote en su inservible búsqueda de señal Claro.

4. Sentimientos encontrados. Primero sentía esa sensación extraña que imagino deben sentir los alcohólicos en rehabilitación. Sentía que estaba sufriendo una abstinencia tuitera forzada que me hacía querer tuitear a cada rato cosas que luego iba a olvidar (lo cual es cierto, me olvidé y fácil podrían haber sido buenos tweets). Pero luego de superar esa primera etapa (que se dio durante la primera hora), descubrí que sin tener el cel en la mano podía ocuparme de otras cosas como comer un rico chancho al palo o jugar con un pony:

la foto


En fin, el día se me pasó más rápido de lo que esperaba, y la verdad creo que no me perdí de muchas cosas (solo más de la mitad de comentarios acerca de la clausura de los Juegos Olímpicos) y al menos me despejé un rato, respiré aire puro y dormí casi todo el camino de regreso.

¿La conclusión? No está mal desconectarse un rato, pero la verdad es que prefiero que eso suceda de manera voluntaria. Está de más decir que luego de recuperar la señal y, en consecuencia, el 3G, empecé a tuitear igual que siempre, no?

sábado, 11 de agosto de 2012

Acerca de un Brownie Fail

Hace unas semanas vi una receta de Brownie en taza. Sí, en taza! Me pareció fácil, cómodo, sin muchos recipientes que limpiar y bastante rápido. Pero, ¿saben qué? No confíen en lo que parezca rápido, fácil y se vea rico en foto.

Tenía todos los ingredientes, mi taza y una cuchara para revolver. Como quería compartir este postre que se veía tan rico, decidí que haría 3, para invitarle a mi mamá y mi papá.

Medir, mezclar, medir, mezclar, mezclar, mezclar *me duele el brazo*, debo seguir mezclando porque la harina no se disuelve, mezclar *me duelen los dedos por la cucharita*, al fin!

Una vez que mi mezcla estuvo lista, metí las tazas una por una al microondas el tiempo establecido en las instrucciones. Cuando salió la primera, el resultado tenía una pinta simpática. El brownie era marrón, se veía esponjoso, suave y estaba cocido.

Cuando tuve las 3 tazas, le di una a mi mamá, otra a mi papá y me quedé con la otra. Probé y dije: no está mal. Seguí comiendo y empezó a saber demasiado a harina. Seguí comiendo y empecé a sentir que no era lo suficientemente chocolatoso para mi gusto. Descansé un rato mientras analizaba qué había pasado con el brownie que se veía tan rico en la foto. Cuando volví a comer, pasaron dos cosas:

1. El brownie ya no sabía a brownie para nada. Había pasado a ser cualquier cosa. Algo que simplemente era marrón con complejo de keke mal cocinado.
2. El brownie había mutado, se había puesto duro como una piedra y ni siquiera podía comerlo… ahora tenía complejo de galleta extraña.

Decidí que, para ser la primera vez, no había salido TAN mal. Pero igual, decidí que no iba a volver a intentar esa receta. Definitivamente ese brownie en taza me había estafado. Como no quería que mis papás tuvieran que seguir comiendo un brownie horrible, fui a decirles que en verdad estaba feo.

Mi mamá ya había desistido y su brownie también se había puesto duro como roca, pero mi papá (aún no me explico cómo), ya se había comido todo y tenía la taza vacía.

Cuando la vi le dije: venía a decirte que no te lo comas todo porque en verdad estaba bien feo… ¿cómo te comiste todo?
Y me dijo: sí, yo sé… Pero me lo diste con mucho cariño. ¿Me traes un vaso de agua?

Le di su vaso de agua y un abrazo. Definitivamente, mi papá debe quererme mucho como para haber comido ese brownie horroroso.

Para que no les pase lo mismo que a mí, les dejo la receta. NO la hagan, NO. O fácil la receta no es mala y soy yo el problema… no sé. Están advertidos.

brownie

jueves, 26 de julio de 2012

Googlización

Disclaimer: El contenido no fue generado por mí. Lo leí en el estado de alguien que lo compartió en Facebook y me pareció bueno y quería compartirlo. Como Twitter está caído en este momento y no podía pasar el link por ahí en ese momento, lo comparto acá. (No sé cuál es la fuente original de el texto presentado a continuación)


- ¡Pizzeria Google, buenas noches!

- ¿Pizzería qué?

- Pizzeria Google, señor. ¿Cuál es su pedido?
- Pero este ... ¿no era el teléfono de la Pizzeria El Tomate?
- Era, sí señor, pero Google compró la pizzería, y ahora el servicio es más completo.
- OK. ¿Puede tomar mi pedido, por favor?
- Sí. ¿El Señor desea lo de siempre?
- ¿Lo de siempre? ¿Usted me conoce?
- Tenemos un identificador de llamadas y, de acuerdo a su teléfono, sabemos que las últimas 53 veces que llamó pidió pizza y solicitó los gustos cuatro quesos y calabresa.
- Vaya, no me había dado cuenta! Quiero eso mismo ...
- Señor, ¿puedo hacerle una sugerencia?
- Por supuesto. ¿Tiene una pizza nueva en el menú?
- No, señor. Nuestro menú es muy completo, pero me gustaría sugerirle la de ricotta y rúcula.
- ¿Ricotta? ¿Rúcula? ¿pero por qué? Yo odio estas cosas.
- Pero, señor, es bueno para su salud. Además, su colesterol no anda bien ...
- ¿Cómo lo sabe?
- Nuestra empresa tiene la mayor base de datos del planeta. Tenemos información del laboratorio donde usted se hace sus exámenes, también. Cruzamos el número de teléfono con su nombre y vimos los resultados de sus pruebas de colesterol.
- No quiero pizza de queso suave o ensalada. Para eso tomo mi medicamento para el colesterol y como lo que quiero ...
- Señor, lo siento, pero creo que usted no ha tomado su medicina últimamente.
- ¿Cómo lo sabe? ¿Usted me está mirando todo el tiempo?
- Tenemos una base de datos de las farmacias de la ciudad. La última vez que compró su medicamento para el colesterol fue hace 3 meses. Y la caja tiene 30 comprimidos.
- ¡Maldita sea! Es cierto. ¿Cómo usted sabe esto?
- Por su tarjeta de crédito ..
- ¿Qué???
- Usted tiene el hábito de comprar sus medicamentos en una farmacia que le ofrece descuentos si paga con tarjeta de crédito del Banco BANK. Tenemos una base de datos de sus gastos con la tarjeta, hace 3 meses no ha comprado nada allí, pero sí la utiliza en otros comercios, lo cual nos indica que no la ha extraviado.
- ¿Y no puedo pagar en efectivo en la farmacia? A ver qué me decís ...
- No debería haber pagado en efectivo, usted le paga $ 2.500 semanales a su empleada doméstica y el resto de sus gastos los realiza con 
tarjeta de débito o de crédito.
- ¿Cómo sabés lo que gana mi empleada?
- Usted le paga el BPS ...
- ¡Andá a la mierda!
- Sí, señor, lo siento, pero todo está en mi pantalla. Tengo el deber de ayudarlo, es política de la empresa. Creo que usted debe volver a programar la consulta a la que faltó con su médico y llevarle los resultados de los exámenes que se hizo el mes pasado para que le ajuste la medicación.
- Estoy harto de INTERNET, el ORDENADOR, EL SIGLO XXI, LA FALTA DE PRIVACIDAD, LAS BASES DE DATOS y de este país ...
- Pero, señor ...
- ¡Callate! ME VOY A MUDAR BIEN LEJOS DE ESTE PAIS. A las Islas Fiji o a alguna parte que no tenga Internet, computadoras, teléfono y gente vigilándome todo el tiempo ...
- Entiendo ...
- VOY A USAR MI TARJETA DE CRÉDITO POR ÚLTIMA VEZ para comprar un billete de avión e irme bien lejos.
- Perfectamente ...
- PUEDE CANCELAR MI PIZZA.
- Perfectamente. Se cancela. Una cosa más, señor ...
- ¿Y AHORA QUÉ?
- Su pasaporte está vencido..


domingo, 8 de julio de 2012

Una tarde en el Museo

Hoy fui (contra mi voluntad, debo confesar) al Museo Metropolitano de Lima. La verdad es que cuando pensaba en los museos de la capital, se me venían a la mente recuerdos de la época de cole, cuando nos llevaban en esos buses destartalados a visitar museos, donde lo único divertido era el hecho de perder clase y hacer chongo con los amigos.

En esa época (y bueno, hablo en realidad de hace 10 años fácil, #queviejamesiento) los museos eran más que nada recuentos de historia envasada en vitrinas estáticas con papelitos que explicaban su procedencia y un/a guía que te explicaba con “mucha” emoción, lo interesante que era la Historia del Perú. Es decir, lo mismo de las clases, pero en “vivo y en directo”.

Entonces, digamos que la idea de ir a un museo un domingo (día en el cual la idea perfecta es despertar tarde, almorzar y luego seguir durmiendo), no se me hacía de lo más atractiva.
Sin embargo (y lo pondría en mayúsculas la verdad), el Museo Metropolitano de Lima, edición 2012, la verdad que me sorprendió más que gratamente.

Para empezar, no habían huacos retratos ni mantos Paracas colgados de las paredes y protegidos por vitrinas. Tampoco había carteles pegados con explicaciones que nadie nunca lee. Todo el recorrido es realmente interactivo.

Utiliza herramientas audiovisuales muy bien hechas. Al principio, difuminado con una técnica que la verdad no sé cuál sea pero me dejó sorprendida, aparece un personaje de carne y hueso que uno piensa que es un holograma, o qué se yo, pero interactúa con la gente, de modo que de todas maneras la conversación es en tiempo real.

Luego, te llevan por un recorrido por la historia del Perú, desde los tiempos ancestrales de los hombres de las cavernas, pasando por las culturas prehispánicas, los Incas, la conquista española, la época virreinal, la independencia, las guerras y los cambios sociales que se han dado, hasta llegar a la época actual, viendo la transformación de la Lima en la que vivimos en los primeros años 2000, hasta llegar a la Lima actual que todos conocemos, donde nos damos cuenta realmente cómo estamos evolucionando.

El recorrido dura dos horas y no es nada aburrido. Vas caminando por los tres pisos del museo, subiendo, bajando, entrando por diversas salas, donde te muestran, por medio de videos muy bien hechos, lo que pasaba en determinada época de la historia. Además, incluye partes en las que era en 3D, donde te llueven piedras, lanzas y hasta cabezas (acá la guía hace un paréntesis para indicar que los niños se pueden retirar para no herir susceptibilidades).

Una parte bacán fue la recreación de un terremoto en la época virreinal en 4D (es decir, con efectos de movimiento y en 3D también) y al final también hay otra sorpresa, pero no se las arruinaré por si deciden ir algún día.

Lo único que tendría que “criticar” acerca de la visita es la velocidad que se necesita para circular. Apenas acaba la proyección de la sala, debes pasar a la siguiente y eso no permite disfrutar la decoración (cada sala está ambientada de acuerdo a la época) o las fotografías que están a lo largo de los pasillos.

Fuera de eso (sin contar obviamente a los niños ruidosos que no dejan de moverse y hablar), el museo no tiene nada que envidiar a museos de última tecnología de otros países. La verdad que vale la pena… y ¿saben qué? La entrada está a solo S/.4.

Aprovechen! Si tienen tiempo libre y andan por el Centro de Lima (by the way, el museo queda al lado del Parque de la Exposición), consideren ir a visitarlo. En serio, está paja :)

Pd: No, no me pagan por la publicidad, es (literalmente) amor al arte.

viernes, 6 de julio de 2012

Reflexiones líquidas


Me he dado cuenta de que muchas veces la solución a una situación parece ser tomar agua. ¿No les ha pasado? Les dejo unos cuantos ejemplos:

"Tengo sed", toma agua.
"Tengo hambre", es sed, toma agua.
"Tengo náuseas", toma agua.
*En la altura* "Me siento mal", para que no te de soroche, toma agua.
"Me pica la garganta", toma agua.
"Estoy resfriad@", toma agua.
"Quiero bajar de peso", toma agua.
*Luego de hacer deporte* "Estoy agotad@", toma agua.
"Estoy aburrid@", toma agua.
"Me empalagué", toma agua.
*En una noche de juerga*, para que no te de resaca, toma agua.
"Tengo resaca", toma agua.
"Estoy en shock", toma agua.
"No me funciona el estómago", toma agua.
*Comiendo algo feo* "No me gusta", toma agua.
"No me pasa la pastilla", toma (más) agua.
*Atorándose* "Cof Cof", toma agua.
"Estoy deprimido", toma agua. #okno, a esta le damos una bebida alcohólica y le decimos: toma, sé feliz.

Entonces, he llegado a la conclusión de que, para evitar problemas, de ahora en adelante siempre tendré mi botella de agua. Así, la próxima vez que me digan que tome agua, lo haré inmediatamente y, si no funciona esa solución, al menos podré agarrar a botellazos al siguiente que lo diga. #Hedicho.

En fin, los dejo, ya me dio sed, tomaré agua.


miércoles, 27 de junio de 2012

#Perdida

Si me conoces en persona, y desde hace tiempo, probablemente la mayor parte del tiempo pienses que tengo siempre un plan, o todo resuelto metodológicamente en mi cabeza.

Lamento informarte que (y si me sigues en Twitter, darás fe de eso), no es verdad. Yo también he estado perdida. Soy medio bipolar y, como todo ser humano, creo que está en mi naturaleza.

He tenido varias crisis existenciales y dilemas vocacionales antes y durante mi carrera universitaria. Cuando terminé el colegio (y creo que lo he dicho antes), no estaba muy segura de lo que quería hacer. Terminé (auto-pseudo) convenciéndome de que la administración era lo mío y me repetía a mí misma: es otro tipo de administración, es Administración de Servicios.

A la mitad de la carrera, cuando se dio el boom de las redes sociales, cruzó por mi mente la (no tan) loca idea de dejarlo todo y cambiarme a, no sé, comunicaciones probablemente. No lo hice.
Terminé mi carrera. Me gradué. Soy Bachiller en Administración de Servicios. Trabajé en un banco y en una escuela de maestrías. Miré dónde estaba parada y me sentí perdida.

En ese momento me pregunté: ¿puedo hacer lo que realmente me gusta, sobrevivir ganando dinero con eso y, además, aplicando algo de lo aprendido por 5 años en la universidad? Luego de varias divagaciones, dudas y demás, me respondí: SÍ.

Las siguientes preguntas fueron: ¿y qué es lo que quiero? ¿Qué me gusta? ¿Soy buena en eso? No fue fácil responderlo. Les mentiría si les dijera que la respuesta me cayó del cielo. Leí, me informé, investigué y saqué mis propias conclusiones. Me probé a mí misma en varios aspectos hasta que lo tuve más o menos claro.

Dejé mi último trabajo luego de 3 meses y medio, al darme cuenta de que no era lo mío y no veía mi futuro en eso. Me arriesgué. Decidí que ya no aceptaría un trabajo simplemente porque no quería estar “desempleada” o porque me daba buena plata. Al menos, por ahora, esa no es mi prioridad.

Decidí que quería buscar chamba en el rubro que me gusta. Si tuviera que definir mis intereses con hashtags, sería algo así: #comunicaciones #marketing2.0 #redessociales #socialmedia. Y a eso fui. Y ahora, en eso estoy.

Estoy empezando un camino nuevo, interesante, que me apasiona desde el inicio y creo que tengo la motivación de sobra para seguir adelante. A mis 22 años he descubierto que está permitido sentirse perdido y, a veces, así como jugando, como quien no quiere la cosa, se encuentra el propio camino.


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