domingo, 8 de julio de 2012

Una tarde en el Museo

Hoy fui (contra mi voluntad, debo confesar) al Museo Metropolitano de Lima. La verdad es que cuando pensaba en los museos de la capital, se me venían a la mente recuerdos de la época de cole, cuando nos llevaban en esos buses destartalados a visitar museos, donde lo único divertido era el hecho de perder clase y hacer chongo con los amigos.

En esa época (y bueno, hablo en realidad de hace 10 años fácil, #queviejamesiento) los museos eran más que nada recuentos de historia envasada en vitrinas estáticas con papelitos que explicaban su procedencia y un/a guía que te explicaba con “mucha” emoción, lo interesante que era la Historia del Perú. Es decir, lo mismo de las clases, pero en “vivo y en directo”.

Entonces, digamos que la idea de ir a un museo un domingo (día en el cual la idea perfecta es despertar tarde, almorzar y luego seguir durmiendo), no se me hacía de lo más atractiva.
Sin embargo (y lo pondría en mayúsculas la verdad), el Museo Metropolitano de Lima, edición 2012, la verdad que me sorprendió más que gratamente.

Para empezar, no habían huacos retratos ni mantos Paracas colgados de las paredes y protegidos por vitrinas. Tampoco había carteles pegados con explicaciones que nadie nunca lee. Todo el recorrido es realmente interactivo.

Utiliza herramientas audiovisuales muy bien hechas. Al principio, difuminado con una técnica que la verdad no sé cuál sea pero me dejó sorprendida, aparece un personaje de carne y hueso que uno piensa que es un holograma, o qué se yo, pero interactúa con la gente, de modo que de todas maneras la conversación es en tiempo real.

Luego, te llevan por un recorrido por la historia del Perú, desde los tiempos ancestrales de los hombres de las cavernas, pasando por las culturas prehispánicas, los Incas, la conquista española, la época virreinal, la independencia, las guerras y los cambios sociales que se han dado, hasta llegar a la época actual, viendo la transformación de la Lima en la que vivimos en los primeros años 2000, hasta llegar a la Lima actual que todos conocemos, donde nos damos cuenta realmente cómo estamos evolucionando.

El recorrido dura dos horas y no es nada aburrido. Vas caminando por los tres pisos del museo, subiendo, bajando, entrando por diversas salas, donde te muestran, por medio de videos muy bien hechos, lo que pasaba en determinada época de la historia. Además, incluye partes en las que era en 3D, donde te llueven piedras, lanzas y hasta cabezas (acá la guía hace un paréntesis para indicar que los niños se pueden retirar para no herir susceptibilidades).

Una parte bacán fue la recreación de un terremoto en la época virreinal en 4D (es decir, con efectos de movimiento y en 3D también) y al final también hay otra sorpresa, pero no se las arruinaré por si deciden ir algún día.

Lo único que tendría que “criticar” acerca de la visita es la velocidad que se necesita para circular. Apenas acaba la proyección de la sala, debes pasar a la siguiente y eso no permite disfrutar la decoración (cada sala está ambientada de acuerdo a la época) o las fotografías que están a lo largo de los pasillos.

Fuera de eso (sin contar obviamente a los niños ruidosos que no dejan de moverse y hablar), el museo no tiene nada que envidiar a museos de última tecnología de otros países. La verdad que vale la pena… y ¿saben qué? La entrada está a solo S/.4.

Aprovechen! Si tienen tiempo libre y andan por el Centro de Lima (by the way, el museo queda al lado del Parque de la Exposición), consideren ir a visitarlo. En serio, está paja :)

Pd: No, no me pagan por la publicidad, es (literalmente) amor al arte.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...