domingo, 12 de agosto de 2012

Entre Cerros

Debí haberlo imaginado. El destino final al que iba a llegar era un lugar que se llamaba Entre Cerros. No se me ocurrió que iba a ser literalmente un fundo “entre cerros”, el cual iba a bloquear totalmente la señal de mi celular, no solo de Internet, si no de llamadas #Epicfail.

En realidad, cuando me di cuenta de la situación (es decir, cuando mi celular empezó a mostrar intermitentemente las palabras: buscando… sin servicio), entre en ataque de risa porque recordé todas las veces que he viajado por carretera y decía: no tengo señal… aah, es que estoy entre cerros… Y bueno, ahora no podía moverme a ningún lado porque estaba encerrada entre montañas.

En ese momento decidí que probaría, forzadamente, qué tanta era mi adicción al smartphone. Así fueron las respectivas etapas del experimento:

1. Buscando señal desesperadamente mientras internamente no podía creer lo que estaba sucediendo. Ni siquiera podía hacer check in en el lugar para poder resaltar la ironía del asunto (era como cuando Twitter se cae y quieres tuitear que no funciona Twitter… qué, no?)

2. Descubrí un mirador en la punta del cerro al cual podía subir para “observar el paisaje” y de paso ver si había señal, pues. Luego de unos minutos dando vueltas por arriba, en un milagroso punto capté la señal el tiempo suficiente para: a) Tuitear mi fail b) Hacer check in c) Responder unos cuantos mensajes por Whatsapp diciendo: no estaré disponible por las próximas horas.

3. Resignarme a no tener señal mientras estuviera entre los cerros y apagar el celular para que la batería no se agote en su inservible búsqueda de señal Claro.

4. Sentimientos encontrados. Primero sentía esa sensación extraña que imagino deben sentir los alcohólicos en rehabilitación. Sentía que estaba sufriendo una abstinencia tuitera forzada que me hacía querer tuitear a cada rato cosas que luego iba a olvidar (lo cual es cierto, me olvidé y fácil podrían haber sido buenos tweets). Pero luego de superar esa primera etapa (que se dio durante la primera hora), descubrí que sin tener el cel en la mano podía ocuparme de otras cosas como comer un rico chancho al palo o jugar con un pony:

la foto


En fin, el día se me pasó más rápido de lo que esperaba, y la verdad creo que no me perdí de muchas cosas (solo más de la mitad de comentarios acerca de la clausura de los Juegos Olímpicos) y al menos me despejé un rato, respiré aire puro y dormí casi todo el camino de regreso.

¿La conclusión? No está mal desconectarse un rato, pero la verdad es que prefiero que eso suceda de manera voluntaria. Está de más decir que luego de recuperar la señal y, en consecuencia, el 3G, empecé a tuitear igual que siempre, no?

sábado, 11 de agosto de 2012

Acerca de un Brownie Fail

Hace unas semanas vi una receta de Brownie en taza. Sí, en taza! Me pareció fácil, cómodo, sin muchos recipientes que limpiar y bastante rápido. Pero, ¿saben qué? No confíen en lo que parezca rápido, fácil y se vea rico en foto.

Tenía todos los ingredientes, mi taza y una cuchara para revolver. Como quería compartir este postre que se veía tan rico, decidí que haría 3, para invitarle a mi mamá y mi papá.

Medir, mezclar, medir, mezclar, mezclar, mezclar *me duele el brazo*, debo seguir mezclando porque la harina no se disuelve, mezclar *me duelen los dedos por la cucharita*, al fin!

Una vez que mi mezcla estuvo lista, metí las tazas una por una al microondas el tiempo establecido en las instrucciones. Cuando salió la primera, el resultado tenía una pinta simpática. El brownie era marrón, se veía esponjoso, suave y estaba cocido.

Cuando tuve las 3 tazas, le di una a mi mamá, otra a mi papá y me quedé con la otra. Probé y dije: no está mal. Seguí comiendo y empezó a saber demasiado a harina. Seguí comiendo y empecé a sentir que no era lo suficientemente chocolatoso para mi gusto. Descansé un rato mientras analizaba qué había pasado con el brownie que se veía tan rico en la foto. Cuando volví a comer, pasaron dos cosas:

1. El brownie ya no sabía a brownie para nada. Había pasado a ser cualquier cosa. Algo que simplemente era marrón con complejo de keke mal cocinado.
2. El brownie había mutado, se había puesto duro como una piedra y ni siquiera podía comerlo… ahora tenía complejo de galleta extraña.

Decidí que, para ser la primera vez, no había salido TAN mal. Pero igual, decidí que no iba a volver a intentar esa receta. Definitivamente ese brownie en taza me había estafado. Como no quería que mis papás tuvieran que seguir comiendo un brownie horrible, fui a decirles que en verdad estaba feo.

Mi mamá ya había desistido y su brownie también se había puesto duro como roca, pero mi papá (aún no me explico cómo), ya se había comido todo y tenía la taza vacía.

Cuando la vi le dije: venía a decirte que no te lo comas todo porque en verdad estaba bien feo… ¿cómo te comiste todo?
Y me dijo: sí, yo sé… Pero me lo diste con mucho cariño. ¿Me traes un vaso de agua?

Le di su vaso de agua y un abrazo. Definitivamente, mi papá debe quererme mucho como para haber comido ese brownie horroroso.

Para que no les pase lo mismo que a mí, les dejo la receta. NO la hagan, NO. O fácil la receta no es mala y soy yo el problema… no sé. Están advertidos.

brownie
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