A veces las cosas suceden de formas que sorprenden a cualquiera. A veces nuestras reacciones no son las esperadas. A veces soy más fuerte de lo que pensaba.
Si hay algo que he aprendido en este tiempo, es que una persona no puede pretender que le vaya bien en absolutamente todos los aspectos de su vida. Por más que hagamos el mayor esfuerzo, dicen por ahí, que el éxito no depende sólo de nosotros mismos. Un poco de suerte, un poco de circunstancias, un poco de estar donde debemos estar en el momento preciso.
La vida me ha demostrado que puede irte bien en varios ámbitos de tu vida, pero siempre habrá uno o dos que te faltan para sentirte completamente pleno y feliz. Siempre habrá algo que quieres tener o vivir para sentirte completo. A veces incluso te planteas la posibilidad de cambiar aquello que tienes por aquello que no tienes.
Pero es difícil decidir dejar algo por otra cosa. Es difícil decirle a una persona que responda si cree que será más feliz en otras circunstancias. A veces, ese vacío que sientes cuando no tienes algo que piensas que necesitas, va creciendo cada vez más hasta que no te deja respirar.
Cuando no sabes qué hacer, cuando te sientes perdido, cuando sientes que quieres ahogar tus penas y enterrarlas, cuando sabes cuál es la solución, pero no eres lo suficientemente valiente como para encararla, ocurre que puedes entrar en un estado de distracción donde dejas de hacer cosas importantes por pensar en la situación e incluso puedes sentirte impotente. Porque no estás seguro de las consecuencias, porque te preocupa lo que pasará después y al final no haces nada.
El silencio es el peor enemigo de la incertidumbre. Porque cuando hay silencio alrededor, tus pensamientos cobran más fuerza, aumentan de volumen y torturan tu cabeza dando vueltas, intentando materializarse y manifestarse de alguna manera.
El silencio te da ideas, te hace imaginar cosas, plantearte diversos escenarios, posibles o imposibles. Te hace pensar en lo que quieres, en lo que no quieres, en lo que puede ser y lo que no será.
A veces suceden cosas que cambian el rumbo de tu vida. Hay un antes y un después de todos los acontecimientos que pasan. Hay personas que están destinadas a tener un paso fugaz en tu vida. Hay personas que están destinadas a quedarse toda la vida.
A veces no hay una solución precisa para tus problemas. A veces hay múltiples salidas para poder sobrevivir. A veces me consuela pensar que “no hacer nada” siempre es una opción. Esperar que las cosas pasen, que caigan bajo su propio peso, que el universo conspire a mi favor y las piezas caigan en su sitio, donde deben estar.
Ayer fue el pasado. Hoy es un nuevo día. Mañana empezaremos otra vez.