Esta entrada ha tenido que esperar hasta el último día del 2O11 para poder ser escrita. No hay una razón de por medio, simplemente así sucedió y como siempre he dicho: todo pasa por algo y así pasa cuando sucede.
Y es verdad, tenía ciertas lecciones recopiladas, pero creo que las últimas semanas del año me han dejado más de lo que pudiera haberme imaginado.
De esta manera, he aprendido que:
1. A veces el protocolo no existe, a veces las relaciones interpersonales se salen del recipiente.
2. De nada sirve que te pasen cosas buenas si no tienes a quién contárselas.
3. Hay cosas que simplemente no tienen remedio y caen en círculos viciosos que no terminan nunca.
4. Las mejores conversaciones no se planean, simplemente se dan. Y puedes hablar por horas, días, semanas… y seguir teniendo algo de qué hablar.
5. Encontrar a alguien que se muestre sin máscaras, tal cual es, es todo un privilegio.
6. Una acción puede desencadenar una serie de consecuencias extrañas que te llevan a un punto al cual no sabes como llegaste. Pero, si te gusta el punto en el que estás, agradece esa acción aleatoria que no pensaste y simplemente sentiste.
7. Que la gente no hable de eso no quiere decir que no exista, que no pase, que no lo sientas o que no suceda.
8. Todos crecemos, cambiamos, maduramos, vemos todo desde otra perspectiva y avanzamos.
9. No importa lo que pase o cómo pase, siempre terminarás preguntándote por qué. Y no siempre habrá una respuesta.
10. Sentirse parte de algo es genial.
11. A veces no hay nada que decir.
Este año tuvo sus cosas buenas, tuvo sus cosas tristes, tuvo momentos extraños, locos. Este año me deja pensando y reflexionando un poco más de lo normal.
Quiero pensar que lo que se viene es mejor. Quiero pensar que en el 2O12 podré decir al fin que encontré lo que llevo años buscando. Quiero pensar que la locura no me abandonará, pero que seguiré con los pies bien puestos sobre la tierra.
Quiero pensar que puedo seguir soñando y creer en que puedo cumplir mis sueños. Quiero pensar que seguirás estando por acá y que esta historia aún se puede seguir escribiendo, aunque sea una de las historias más extrañas que se haya contado alguna vez.
Por un buen 2O12… buenas vibras para ti, para mí, y para todos los que nos rodean.