Sí. Twitter se está convirtiendo en una relación cada vez más adictiva.
Una de las razones por las que abandoné un poco (bastante) el blog ha sido Twitter y su microblogging. También hay otras razones, pero ahora no vienen al caso.
De acuerdo a mi perfil, me creé la cuenta un 26 de junio del año 2009. Y me pasó lo que le pasa a todos, creo. Al principio no sabes qué poner. Al menos yo me sentía rara intentando compartir experiencias o pensamientos en 140 caracteres. Me preguntaba, qué decir y qué no?
Poco a poco empiezas a ver lo que ponen los demás. Empiezas a seguir a tus amigos, celebridades, gente random, personas comunes y corrientes, individuos como tú: con sus dilemas, pensamientos sueltos, problemas, etc. Y te empiezan a seguir. Y se crea toda una red de contactos muy interesante y dinámica. Una red de la cual luego es difícil escapar.
Creo que el perfil de cada tuitero se va configurando según su propia personalidad pero también de acuerdo a la gente que sigue. Al leer a los demás, uno se va dando cuenta de que puede compartir cosas simples como bizarras.
Twitter te permite conocer gente, de todos lados, de mundos distintos al tuyo, de realidades opuestas, con ideas distintas, con contenido interesante que compartir. Twitter también te hace reencontrarte con personas de tu pasado que tenías guardadas en rincones de tu baúl de la memoria.
Una ventaja de esta red social, que también podría verse como desventaja, según como se mire, es que no es necesario preguntarle a alguien por su día si es que ese alguien comparte todo lo que hace a cada momento. Basta con leer para saber cómo está, en qué anda, qué le preocupa, qué está haciendo, qué va a hacer, qué planea e incluso a dónde irá a continuación.
Digamos que para muchos, Twitter puede parecer una herramienta acosadora (“stalker”). Para mí, Twitter y el microblogging se convirtieron en algo más cómodo, fácil y rápido que el blog tradicional. No tenía que elaborar mucho, sólo pensar en cómo decir algo sin pasarme del límite de caracteres. O solo decirlo sin pensar.
Escribir un post de un blog requiere de todo un proceso de pensamiento y redacción que demanda más tiempo. Toda una pre-elaboración de contenido de forma que sea de fácil lectura, entretenida y a la vez completa. Twitter te permite escribir y compartir lo que piensas y sientes en un segundo (o más, dependiendo de la velocidad de tu Internet, o lo que te demores en escribir).
Yo tuitera 2012 he evolucionado al punto que ahora escribo hasta por las puras como dicen algunas personas que me siguen. Sin embargo, creo que han terminado por acostumbrarse y darse cuenta de que de eso se trata. Escribir, sin esperar una respuesta muchas veces. Simplemente es satisfacer esa necesidad de expresión que muchas veces no basta con decirlo a una pared. Es mejor decirlo en Twitter, donde al menos hay alguien que te va a leer.