Muchas veces nos quejamos de que no nos dejan escoger lo que queremos. Nos quejamos de que no podemos elegir aquello que en verdad nos gustaría.
Es hora de dejar de quejarse y empezar a actuar y decidir.
Nunca me ha interesado la política, y esta entrada podrá hacer referencia a muchas cosas, pero no analizaré las cosas desde el punto de vista político. Primero, porque no tengo herramientas para hacerlo y segundo, porque quiero dar mi punto de vista personal y punto.
La semana pasada fue la primera vez en mi vida que vi un debate presidencial completo. Si ahora no me interesa mucho la política, antes, que no tenía que votar, me interesaba mucho menos. Sin embargo, dado que este domingo tengo que ejercer mi derecho/deber ciudadano, tenía que informarme.
En realidad, lo que escuché me sirvió para convencerme de dos cosas:
1. El candidato Ollanta Humala no sabe lo que es una pregunta, no sabe responder preguntas, y sólo se dedicó a leer su plan de gobierno y decir: “¿está usted de acuerdo conmigo?" Un tweet de un amigo mío que leí mientras se realizaba el debate decía algo como: Si Humala no puede respetar su espacio de preguntas de 30 segundos, cómo va a respetar por 5 años a 29 millones de peruanos?…
2. El candidato Pedro Pablo Kuczynski me cae bien. Me parece real, transparente, positivo y jovial. Es como esos señores buena onda que te cruzas en la calle y te dicen "buenos días, qué tal?”. Sabe lo que hace, sabe lo que dice, es coherente y me convence de sus ideas. Es el único candidato al que he escuchado decir: yo voy a hacer “esto”, y lo voy a hacer así.
Iba a obviar lo que me dejaron los otros candidatos, pero por qué no decir que en realidad Keiko es una buena oradora, tiene buen manejo del escenario y entonación para compartir sus ideas; por qué no decir que me altera ver la cara de Castañeda y escucharlo, peor; y por qué no decir que no es que tenga algo especial en contra de Toledo, pero él ya tuvo su oportunidad, pues.
Entonces, yo ya decidí mi voto. Y me voy a sentir orgullosa de decir que este domingo yo votaré no por “el voto seguro” ni por “el mal menor”. Voy a votar por aquel que creo que puede plantar las bases para el desarrollo del país. Votaré por aquel que muestra identificación con el Perú y con su gente.
Muchas personas saben quién es el candidato ideal, pero temen que “no llegue”. A ellos les digo: si ustedes no votan por el que creen ser el más capaz, es un voto menos. Si más personas piensan como ustedes… ¿se imaginan el porcentaje de votos perdidos ahí que se van a otros candidatos “seguros”?.
Sé que quedan pocos días, es más, poco más de 24 horas en realidad, pero nunca está de más hacer una reflexión y llamar a los demás a reflexionar aunque sea un momento.
Entonces, tú, piensa: ¿Por qué conformarte con menos, si puedes elegir al mejor?