jueves, 31 de diciembre de 2009

Divagaciones vol. XXXI "silencio"


Hay personas a las que no les gusta el silencio. Les asusta.
Les asusta lo que les puede decir el silencio.

Porque el silencio tiene el poder de decirnos cosas que no queremos oír.
Porque es el silencio el que permite que esos pensamientos que no queremos escuchar estén presentes.
Porque es el silencio el que hace que recordemos aquello que preferimos que no esté en nuestra mente.
Porque es el silencio el que nos recuerda que somos frágiles, vulnerables, que sufrimos, que amamos, que odiamos y que lloramos.

El silencio puede venir de muchas maneras.
Puede venir en soledad.
Puede venir como oscuridad.
Puede venir como una mirada.
Puede venir como una palabra no dicha o una no escuchada.

Podemos elegir estar en silencio.
O el silencio puede venir sin ser llamado.

A puertas de que este año acabe puedo decir un par de cosas que el silencio ha hecho por mí.

El silencio me ha hecho pensar en cosas que nunca pensé que pasarían por mi mente.
En el silencio he sufrido al darme cuenta de cosas que nunca pensé que podían pasarme.
En silencio he sufrido mi propio calvario, hasta que supe compartirlo.
El silencio ha hecho que muchas veces las cosas caigan por su propio peso como una gran mole sobre mi cabeza, sobre mi ser.
El silencio me ha dejado sin palabras más de una vez.
El silencio me ha dejado al borde de la locura, otra vez.

Puedo decir que el silencio me ha permitido escribir todas estas entradas constantes (más constantes que cualquier otra cosa que haya podido hacer en el año, o en mi vida) a lo largo de todo el 2009. En enero se cumplirá un año de la "reapertura" de este blog, y estoy orgullosa de ello.

Porque en todo este año encontré algo de lo cual escribir, siempre.
Sin razones aparentes, sin excusas, sin forzar nada. Sin obligarme a hacerlo.
A veces me costaba empezar, pero una vez que empiezo, una vez que tengo una idea en mente, no puedo parar.

Las palabras fluyen fuera de mi, entre mis dedos, pero siempre, en silencio.

Y, como dijo Sabina, justamente en "otro jueves cobarde": "hoy me quedo mudo para oir lo que nunca te supe decir..."

¿Más preciso? Imposible.
La vida está llena de coincidencias y casualidades. Llámalo destino, llámalo suerte, lo que sea. Tal vez el silencio te de la respuesta.

Feliz Año Nuevo :)

domingo, 27 de diciembre de 2009

*2004*


A veces me dan ganas de decir basta, que no quiero saber más de ti, que es hora de crecer, es hora de cambiar.
A veces me dan ganas de decirte que ya tienes más de veinte y tienes que madurar.
No puedo estar tras de ti como si no tuviera nada que hacer, como por ejemplo vivir.
Deja que me equivoque, que tome malas decisiones, para variar... para variar.
Deja que elija mi propio camino, sin ti.
Deja que no te elija a ti y pueda seguir por mi.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad :)


Siempre me he preguntado por qué, cuando llega diciembre, la gente se pone más feeling... ¿Será la Navidad? ¿Será el verano? ¿Qué será?

Creo que una de las razones es porque por esta época se da el fin de muchas cosas:
fin de clases, fin de cole, fin de ciclo, fin de universidad, fin de año...

Muchos salen de vacaciones y tienen más "tiempo libre" para pensar, para "meditar", para ordenar cosas y pensamientos, para hacer listas de cosas por hacer, de cosas logradas, de deseos.

Para pensar en lo que tenemos, en lo que se fue.
Para agradecer.
Para pensar en los amigos y decir gracias.

Gracias por un año más.

Porque también es época de muchas cosas que empiezan:
un nuevo año, una nueva amistad, un nuevo comienzo, o volver a empezar.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

De pavos y otros menesteres :)


[En realidad esta entrada solo trata de pavos, pero quería ponerle ese título :)]

Digamos que siempre que he hecho una entrada hablando específicamente de una empresa en particular (con nombre y apellido), ha sido para hablar mal de ella, quejarme, etc. No es así en esta ocasión.

Fíjate que estamos 23 de noviembre, en vísperas de que sea víspera de Navidad. Ayer, día 22, era el día de recoger el pavo navideño congelado marca San Fernando.

Realmente el sistema de recojo de pavo que ha implementado San Fernando es maravilloso. Me divertí mucho en verdad :)
A continuación, relataré mi pequeña odisea de recojo de pavo de 9 kilos.

Pides tu pavo de 9 kilos, peso exacto y te dan una boleta/ticket/voucher con todos los detalles (peso, lugar de recojo, entre otras cosas más) y que certifica que has cancelado el valor del pavo.

Digamos que eso lo has hecho con anticipación, entonces esperas ansiosamente (o tal vez no tan ansiosamente, porque te aterran las largas colas y las esperas interminables) el día en que puedas ir a recoger tu pavo :)

Entonces llega el día (para este caso práctico, fue el día de ayer). Y vas al sitio de recojo más cercano a tu casa. En mi caso, la Videna.

Resulta que había un enorme cartel que decía: recojo de pavos en automóvil. Sí, así es, como un automac, o un autoblablabla.
Llegamos a la puerta y la señorita con uniforme de San Fernando indicó a donde teníamos que dirigirnos para recoger nuestro pavo de 9 kilos, peso exacto: a los arcos azules :)

Fuimos a los arcos azules y había un toldito en el cual te detenías un momento (no miento cuando digo que fueron menos de 5 minutos, es más, creo que con 2 fue suficiente). Entregabas tu boleta/ticket/voucher y el hombrecito de los pavos iba al camioncito y te traía tu pavo enorme de 9 kilos, peso exacto.

En realidad no era ni necesario bajarse del carro, sólo si querías abrirle la puerta al hombrecito del pavo para que lo acomode bien.

Y eso fue todo. Entras, presentas, recibes, te vas. Así de simple. Sin colas, sin tráfico, sin mucha gente perdida que no sabe a donde ir.
Eficiente, eficaz. Perfecto :)

martes, 22 de diciembre de 2009

...

Ahora entiendo que estar vivo no es lo mismo que haber vivido.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Cuando el hincha celebra...


[Basado en el segundo play off entre Universitario de Deportes y Alianza Lima, la final]

Domingo, 13 de diciembre del 2009.
Un día para recordar, definitivamente.

Es una tarde de diciembre, y los hinchas de la U pueden respirar tranquilos.
Tu equipo campeonó, qué bien se siente, no?

Después de sufrir fecha a fecha los partidos como si estuvieras en la cancha, después de meses de incertidumbre, de lesionados, de jugadores excepcionales, de jugadas colectivas, de una defensa infranqueable, de un arquero notable, de un capitán indiscutible...

Universitario es un equipo. Lo dijo un comentarista deportivo al finalizar el partido del domingo. Es cierto.
Como también es cierto que la U es el mejor equipo que nos deja el 2009. Lo demostró en cada partido que jugó.
Porque la U no son solo nombres dispersos. Son jugadores que valen y son parte de ese algo que es un equipo de verdad.

En un partido que podía definir el campeonato para la U o un tercer partido a jugarse en Cusco, el gol de penal fue como una bocanada de aire para todos los hinchas, estoy segura.
Estar arriba en el marcador siempre da seguridad, y más aún cuando sabes que, la simple diferencia de un gol, o incluso el empate, te pueden dar el campeonato que tanto anhelas.

A partir de ahí (es decir, a los 10 minutos), el partido fue un ida y vuelta constante. La U no cedió nada en la defensa, esta se mantuvo cerrada, como siempre. Alianza no encontró los espacios y el partido terminó.

Como lo soñaste, como lo viviste tantas veces en tus sueños, durante todos estos años... Universitario es un equipo. Es el equipo campeón.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Porque ser hincha de un equipo es...


[Basado en el play off entre Universitario de Deportes y Alianza Lima, uno de los clásicos más emocionantes (no puedo decir el mejor, pero sí uno de los más emocionantes) que he visto...]

Martes 08 de diciembre del 2009, feriado.

Ser hincha de un equipo de fútbol, en el Perú, puede significar muchas cosas:

Ser hincha de un equipo es renegar porque el arquero del equipo contrario está en un buen momento y salva todo y no deja entrar nada; o es soltar un suspiro de alivio y uno de admiración cuando el arquero de tu equipo salva aquellas pelotas imposibles, que tu ya veías dentro.

Ser hincha de un equipo es tomarse la cabeza cuando alguien del otro equipo te hace un gol y vas perdiendo, uno a cero, en una final, en tu estadio; o es gritar ese gol como si fuera el que define el partido, a pesar de ser al minuto 30 (aunque en cierta forma sí, fue definitivo).

Ser hincha de un equipo es alegrarte porque el árbitro no haya considerado la falta que hizo un miembro de tu equipo como muy grave, y no le haya sacado tarjeta; o es quejarte porque sabes que la falta fue grave, y que merece una tarjeta amarilla, o una roja.

Ser hincha de un equipo es lamentarte porque los jugadores de tu equipo se fallan goles, o porque, de nuevo, el arquero del otro equipo está demasiado inspirado; o es celebrar cuando los jugadores del equipo contrario se pierden los goles, o, d nuevo, los tapa el arquero de tu equipo.

Ser hincha de un equipo, no importa de cuál seas, es sentir adrenalina aún así no estés en el estadio, sino en el sillón de tu casa. Es sentir que te sudan las manos, es gritar cada gol y sentir alivio por ir arriba en el marcador, o es ajustar los nervios y desear que el partido se voltee para que te favorezca.

Ser hincha de un equipo es desear que el partido se alargue más para buscar aunque sea el empate; o es desear que el árbitro indique de una vez el fin del partido, para terminar con el sufrimiento, y empezar la celebración.

No sé exactamente cuando empiezas a ser hincha de un equipo.
Para algunos empieza cuando ven un equipo jugar en el estadio por primera vez y simplemente es amor a primera vista, amor a la camiseta, lo que sea.
Para otros es por tradición, por la familia, porque te lo inculcan, lo adquieres poco a poco, te viene en los genes, qué se yo.

Para mí, no sé como empezó. No sé ni siquiera por qué me gusta tanto el fútbol. No sabría precisar qué hace que seas de un equipo y no de otro. Qué hace que seas de un equipo, e inmediatamente rechaces al equipo antagónico, es algo natural.

Lo único que sé, es que ser hincha de un equipo no te lo pueden imponer.
Tampoco se trata de ser fan de algún jugador y por eso eres de ese equipo, y cuando el jugador se cambie de equipo, tú también te cambiarás, y así sucesivamente. Eso no es ser hincha.

Los jugadores van y vienen. Es más, los jugadores que más admiras pueden pasarse al equipo que menos aprecias, pero tú seguirás siendo de ese equipo que te trae alegrías, y que te trae sufrimientos también.

Porque eso es ser hincha de un equipo. Porque lees el periódico para averiguar todo lo que puedas, porque te encanta ver los titulares que dicen que tu equipo ganó el domingo, o el miércoles, o cualquier día de la semana. Porque te encanta ver en la primera plana una foto del mejor arquero del momento, porque es de tu equipo. Porque te encanta ver una foto del que metió el gol, porque es de tu equipo. Porque te encanta ver la foto de la celebración, porque es tu equipo, ganador.

Porque quieres que se juegue el segundo play off, para que terminen la especulaciones, para poder decir, finalmente, que eres campeón, con tu equipo.

Divagaciones vol. XXX "por una canción..."


Así como hay olores, aromes, fragancias, que nos transportan a ciertos lugares, que nos hacen pensar en ciertas personas... también hay canciones que nos traen recuerdos.

Hay canciones que nos recuerdan a alguien.
Hay canciones que nos hacen sonreír.
Hay canciones que nos devuelven a ciertos momentos de nuestra vida.

Citando aquella canción de "Los de Adentro", que se llama, justamente, "una canción", que dice:
"Hay unas que llegan al alma,
que te hacen mover las palmas,
otras que llegan al corazón...
Hay unas que se necesitan,
otras que nunca se olvidan,
que te hacen despertar pasión..."

Hay canciones que te gustan porque te traen recuerdos.
Porque alguien te la dedicó.


Porque alguien te la cantó.
Porque habla de ti, habla de lo que pasó.
Porque te hace sonreír.
Porque la puedes escuchar, una y otra vez, y no te cansas de hacerlo.
Porque simplemente cierras los ojos y te encuentras exactamente donde quieres estar...

Hay canciones que te abrazan, que te acunan y te ayudan a dormir.
Hay canciones que te inspiran, que te levantan, te dan energía.

Hay canciones que has escuchado tanto que te las sabes de memoria.
Hay canciones cuyas letras las puedes decir al derecho y al revés.

Hay canciones que me impulsan a actuar.
Hay canciones que me hacen esperar.

Hay canciones que me hacen soñar.


Hay canciones que me muestran la realidad.

Hay canciones que te transportan.
Las realmente buenas son aquellas que te permiten cerrar los ojos y estar exactamente donde quieres estar.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Divagaciones vol. XXVIX "chocolate"


A mí me encanta el chocolate. Pero no cualquier chocolate.
No me gustan los chocolates con "sabor artificial" a chocolate.
Me gusta el que ES, chocolate de verdad.

El de la Ibérica por ejemplo. Es un ejemplo de un excelente chocolate. Que es cremoso, que es suave, pero a la vez tiene un sabor característico. Aquel que se siente dulce, pero a la vez amargo, y es delicioso sentir que se derrite en tu boca...

Me encantan las tortas de chocolate. Pero no cualquier torta de chocolate.
No me gustan las que son kekes que simplemente tienen color marrón y un poco de olor a cacao.
Me gustan las que realmente saben a chocolate, que puedes sentir el chocolate en la torta.

Una de las mejores tortas de chocolate del mundo es la del Cest i bon. Una pastelería cuya torta es simplemente: keke y fudge.
No me gustan tanto las que incluyen un manjarblanco, super dulce, que anula el sabor del chocolate.

Otra torta buenísima es una que hace una señora que vive en La Punta (gracias Mimi).

Las tortas suaves, húmedas, esponjosas, dulces pero no empalagantes... esas son las mejores.

¿Por qué hago una entrada acerca del chocolate?
Porque me encanta.
Porque hoy hace un poco de frío y me provoca uno.
Porque tengo un poco de hambre y quisiera una torta.
Porque se me pasó por la cabeza, y divago...

Punto :)
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