lunes, 30 de abril de 2012

Mojito para Dummies

Hierbabuena, limón, azúcar, chancar. Hierbabuena, limón, jarabe de goma, chancar. Repetir proceso, una y otra vez hasta que salga perfecto. Hielo al gusto. ¿Agua mineral con gas, Evervess o Sprite?

Llegar a la receta perfecta del Mojito es todo un reto. Requiere mucha práctica y dedicación, como casi todo. Lo bueno es que si está rico, te lo tomas y esperas recordar cómo lo hiciste. Lo malo es que si está feo, bueno, te lo tienes que tomar igual para ver qué es lo que salió mal.

Mi fin de semana preparando mojitos me trajo a la mente cómo me inicié en el “arte” de los cocteles. Recuerdo que era el año 2009 cuando en la universidad llevé el curso de Bar, Enología y Maridaje, como parte de la especialidad de Gestión Hotelera de mi carrera. Está de más decir que probablemente fue uno de los mejores cursos de toda la carrera.

Era una clase de 9am a 12pm los miércoles, en el taller de gastronomía de la universidad. Preparábamos entre 3 y 4 cocteles diferentes por clase, de los cuales se hacían varias muestras que pasaban por todo el salón. Probamos cocteles a base de ron, vodka, pisco, gin, incluso probamos cognac y brandy (#toofancyforme). Luego nos pusimos más serios catando vinos: blanco, tinto o rosé, y maridándolos con quesos y galletas #querico.

Ahora que recuerdo, creo que nunca preparamos Mojitos en esa clase, razón por la cual desde hace unas semanas que mis papás regresaron de viaje de Cuba, he intentado descubrir la receta perfecta. No pretendo dar la combinación perfecta, dado que (contrario a todo lo que aprendí en el curso de la universidad), he dejado de lado el uso de la onzera (o sonsera como yo le decía) y demás implementos que en teoría te facilitan la dosificación de ingredientes.

Luego de varias pruebas de ensayo-error. O ensayo-no tan error-ensayo-error-ensayo-éxito, he determinado que una buena forma de preparar un Mojito decente es la siguiente:

1. En un vaso highball (alto, largo) coloca unas cuantas hojitas de hierbabuena (las suficientes para que desprendan aroma pero no tantas que parezca un cultivo, unas 5 podrían servir dependiendo del tamaño), medio dedo de jarabe de goma (luego de algunas pruebas, se demostró que el azúcar es un poco más complicado de disolver en frío, y el jarabe cumple la función endulzante con menos esfuerzo) y el jugo de medio limón (previamente saca las pepitas si no quieres encontrar sorpresas en la cañita después #beenthere).

2. Lo ideal es que tengas un palito de mortero para chancar las hojas, porque en caso contrario no sé con qué lo harías (las manos no sirven, no). Y debes aplastar las hojas de manera que empiece a oler a hierbabuena.

3. Agrega ron al gusto (lo ideal es 1 onza y media. En términos sin medida, hasta llenar un poco menos de un cuarto de vaso).

4. Coloca 3 hielos (dependiendo del tamaño, uno más o uno menos) y agrega (lo que aun no logro descifrar qué es mejor): agua mineral, Evervess o Sprite. Personalmente, la “receta” que estoy compartiendo ha salido rica con Evervess, asi que #bemyguest.

5. Pon una cañita (no es lo mismo tomar mojito sin cañita porque puedes terminar tragándote todas las hojas de hierbabuena si lo tomas así nomás… aunque con cañita también hay riesgo de que te comas unos pedacitos) y disfrútalo.

Al final, lo importante es que sea refrescante, no tan dulce y puedas tomar varios y aún así bailar un poco de salsa cubana mientras fumas un habano #okno, pero algo así.

la foto (7)



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