Divagaciones vol. XXXIX "no planees tus planes"

Las mejores ideas son las que surgen de la nada, las que escribes en un papel cualquiera, o en una servilleta. Las que escribes como apuntes en tu celular, o simplemente haces una nota mental de ellas.

Las mejores ideas pueden surgir en cualquier momento, generalmente cuando menos lo esperas. En medio de una conversación trivial, en la mitad de una clase, antes de dormir.

Las mejores conversaciones son las que no se planean. Las que se van tejiendo poco a poco, y van tomando forma conforme pasan las palabras y el tiempo.

Los mejores encuentros son los que se dan por casualidad. Cuando vas caminando y de repente, sin que lo esperes, ocurre algo inesperado. Piensas que es el destino, la buena suerte, lo que sea.

Los mejores momentos son los que no te esperas. Los que suceden cuando esperas lo peor, y ellos te demuestran lo contrario. Y la pasas genial. Como nunca antes.

Pasa que, cuando tratas de recrear y volver a repetir esas ideas, esas conversaciones, esos encuentros, esos momentos, no puedes. Porque no puedes planear las mejores cosas. Las mejores cosas de la vida simplemente suceden, te pasan, te encuentran.

Puedes planear muchas cosas, tener muchos planes a la vista, calcular todos los detalles, evaluar todas las posibilidades. Pero siempre, la vida tiene giros inesperados, que te obligan a improvisar sobre la marcha, y obtener resultados impensables.

Las mejores ideas están ahí, esperando a ser descubiertas. Los que las escriben y las documentan, simplemente se encargan de transmitirlas.

Las mejores conversaciones están ahí, esperando a ser intercambiadas en un diálogo interpersonal. Los que hablan, simplemente se dejan llevar por aquello que quieren decir.

Los mejores encuentros están ahí, esperando el momento preciso para aparecer. Los que se encuentran, simplemente se dejan sorprender.

Los mejores momentos están ahí, esperando... simplemente esperando... a que te dignes a aparecer.