jueves, 31 de diciembre de 2009

Divagaciones vol. XXXI "silencio"


Hay personas a las que no les gusta el silencio. Les asusta.
Les asusta lo que les puede decir el silencio.

Porque el silencio tiene el poder de decirnos cosas que no queremos oír.
Porque es el silencio el que permite que esos pensamientos que no queremos escuchar estén presentes.
Porque es el silencio el que hace que recordemos aquello que preferimos que no esté en nuestra mente.
Porque es el silencio el que nos recuerda que somos frágiles, vulnerables, que sufrimos, que amamos, que odiamos y que lloramos.

El silencio puede venir de muchas maneras.
Puede venir en soledad.
Puede venir como oscuridad.
Puede venir como una mirada.
Puede venir como una palabra no dicha o una no escuchada.

Podemos elegir estar en silencio.
O el silencio puede venir sin ser llamado.

A puertas de que este año acabe puedo decir un par de cosas que el silencio ha hecho por mí.

El silencio me ha hecho pensar en cosas que nunca pensé que pasarían por mi mente.
En el silencio he sufrido al darme cuenta de cosas que nunca pensé que podían pasarme.
En silencio he sufrido mi propio calvario, hasta que supe compartirlo.
El silencio ha hecho que muchas veces las cosas caigan por su propio peso como una gran mole sobre mi cabeza, sobre mi ser.
El silencio me ha dejado sin palabras más de una vez.
El silencio me ha dejado al borde de la locura, otra vez.

Puedo decir que el silencio me ha permitido escribir todas estas entradas constantes (más constantes que cualquier otra cosa que haya podido hacer en el año, o en mi vida) a lo largo de todo el 2009. En enero se cumplirá un año de la "reapertura" de este blog, y estoy orgullosa de ello.

Porque en todo este año encontré algo de lo cual escribir, siempre.
Sin razones aparentes, sin excusas, sin forzar nada. Sin obligarme a hacerlo.
A veces me costaba empezar, pero una vez que empiezo, una vez que tengo una idea en mente, no puedo parar.

Las palabras fluyen fuera de mi, entre mis dedos, pero siempre, en silencio.

Y, como dijo Sabina, justamente en "otro jueves cobarde": "hoy me quedo mudo para oir lo que nunca te supe decir..."

¿Más preciso? Imposible.
La vida está llena de coincidencias y casualidades. Llámalo destino, llámalo suerte, lo que sea. Tal vez el silencio te de la respuesta.

Feliz Año Nuevo :)

domingo, 27 de diciembre de 2009

*2004*


A veces me dan ganas de decir basta, que no quiero saber más de ti, que es hora de crecer, es hora de cambiar.
A veces me dan ganas de decirte que ya tienes más de veinte y tienes que madurar.
No puedo estar tras de ti como si no tuviera nada que hacer, como por ejemplo vivir.
Deja que me equivoque, que tome malas decisiones, para variar... para variar.
Deja que elija mi propio camino, sin ti.
Deja que no te elija a ti y pueda seguir por mi.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad :)


Siempre me he preguntado por qué, cuando llega diciembre, la gente se pone más feeling... ¿Será la Navidad? ¿Será el verano? ¿Qué será?

Creo que una de las razones es porque por esta época se da el fin de muchas cosas:
fin de clases, fin de cole, fin de ciclo, fin de universidad, fin de año...

Muchos salen de vacaciones y tienen más "tiempo libre" para pensar, para "meditar", para ordenar cosas y pensamientos, para hacer listas de cosas por hacer, de cosas logradas, de deseos.

Para pensar en lo que tenemos, en lo que se fue.
Para agradecer.
Para pensar en los amigos y decir gracias.

Gracias por un año más.

Porque también es época de muchas cosas que empiezan:
un nuevo año, una nueva amistad, un nuevo comienzo, o volver a empezar.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

De pavos y otros menesteres :)


[En realidad esta entrada solo trata de pavos, pero quería ponerle ese título :)]

Digamos que siempre que he hecho una entrada hablando específicamente de una empresa en particular (con nombre y apellido), ha sido para hablar mal de ella, quejarme, etc. No es así en esta ocasión.

Fíjate que estamos 23 de noviembre, en vísperas de que sea víspera de Navidad. Ayer, día 22, era el día de recoger el pavo navideño congelado marca San Fernando.

Realmente el sistema de recojo de pavo que ha implementado San Fernando es maravilloso. Me divertí mucho en verdad :)
A continuación, relataré mi pequeña odisea de recojo de pavo de 9 kilos.

Pides tu pavo de 9 kilos, peso exacto y te dan una boleta/ticket/voucher con todos los detalles (peso, lugar de recojo, entre otras cosas más) y que certifica que has cancelado el valor del pavo.

Digamos que eso lo has hecho con anticipación, entonces esperas ansiosamente (o tal vez no tan ansiosamente, porque te aterran las largas colas y las esperas interminables) el día en que puedas ir a recoger tu pavo :)

Entonces llega el día (para este caso práctico, fue el día de ayer). Y vas al sitio de recojo más cercano a tu casa. En mi caso, la Videna.

Resulta que había un enorme cartel que decía: recojo de pavos en automóvil. Sí, así es, como un automac, o un autoblablabla.
Llegamos a la puerta y la señorita con uniforme de San Fernando indicó a donde teníamos que dirigirnos para recoger nuestro pavo de 9 kilos, peso exacto: a los arcos azules :)

Fuimos a los arcos azules y había un toldito en el cual te detenías un momento (no miento cuando digo que fueron menos de 5 minutos, es más, creo que con 2 fue suficiente). Entregabas tu boleta/ticket/voucher y el hombrecito de los pavos iba al camioncito y te traía tu pavo enorme de 9 kilos, peso exacto.

En realidad no era ni necesario bajarse del carro, sólo si querías abrirle la puerta al hombrecito del pavo para que lo acomode bien.

Y eso fue todo. Entras, presentas, recibes, te vas. Así de simple. Sin colas, sin tráfico, sin mucha gente perdida que no sabe a donde ir.
Eficiente, eficaz. Perfecto :)

martes, 22 de diciembre de 2009

...

Ahora entiendo que estar vivo no es lo mismo que haber vivido.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Cuando el hincha celebra...


[Basado en el segundo play off entre Universitario de Deportes y Alianza Lima, la final]

Domingo, 13 de diciembre del 2009.
Un día para recordar, definitivamente.

Es una tarde de diciembre, y los hinchas de la U pueden respirar tranquilos.
Tu equipo campeonó, qué bien se siente, no?

Después de sufrir fecha a fecha los partidos como si estuvieras en la cancha, después de meses de incertidumbre, de lesionados, de jugadores excepcionales, de jugadas colectivas, de una defensa infranqueable, de un arquero notable, de un capitán indiscutible...

Universitario es un equipo. Lo dijo un comentarista deportivo al finalizar el partido del domingo. Es cierto.
Como también es cierto que la U es el mejor equipo que nos deja el 2009. Lo demostró en cada partido que jugó.
Porque la U no son solo nombres dispersos. Son jugadores que valen y son parte de ese algo que es un equipo de verdad.

En un partido que podía definir el campeonato para la U o un tercer partido a jugarse en Cusco, el gol de penal fue como una bocanada de aire para todos los hinchas, estoy segura.
Estar arriba en el marcador siempre da seguridad, y más aún cuando sabes que, la simple diferencia de un gol, o incluso el empate, te pueden dar el campeonato que tanto anhelas.

A partir de ahí (es decir, a los 10 minutos), el partido fue un ida y vuelta constante. La U no cedió nada en la defensa, esta se mantuvo cerrada, como siempre. Alianza no encontró los espacios y el partido terminó.

Como lo soñaste, como lo viviste tantas veces en tus sueños, durante todos estos años... Universitario es un equipo. Es el equipo campeón.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Porque ser hincha de un equipo es...


[Basado en el play off entre Universitario de Deportes y Alianza Lima, uno de los clásicos más emocionantes (no puedo decir el mejor, pero sí uno de los más emocionantes) que he visto...]

Martes 08 de diciembre del 2009, feriado.

Ser hincha de un equipo de fútbol, en el Perú, puede significar muchas cosas:

Ser hincha de un equipo es renegar porque el arquero del equipo contrario está en un buen momento y salva todo y no deja entrar nada; o es soltar un suspiro de alivio y uno de admiración cuando el arquero de tu equipo salva aquellas pelotas imposibles, que tu ya veías dentro.

Ser hincha de un equipo es tomarse la cabeza cuando alguien del otro equipo te hace un gol y vas perdiendo, uno a cero, en una final, en tu estadio; o es gritar ese gol como si fuera el que define el partido, a pesar de ser al minuto 30 (aunque en cierta forma sí, fue definitivo).

Ser hincha de un equipo es alegrarte porque el árbitro no haya considerado la falta que hizo un miembro de tu equipo como muy grave, y no le haya sacado tarjeta; o es quejarte porque sabes que la falta fue grave, y que merece una tarjeta amarilla, o una roja.

Ser hincha de un equipo es lamentarte porque los jugadores de tu equipo se fallan goles, o porque, de nuevo, el arquero del otro equipo está demasiado inspirado; o es celebrar cuando los jugadores del equipo contrario se pierden los goles, o, d nuevo, los tapa el arquero de tu equipo.

Ser hincha de un equipo, no importa de cuál seas, es sentir adrenalina aún así no estés en el estadio, sino en el sillón de tu casa. Es sentir que te sudan las manos, es gritar cada gol y sentir alivio por ir arriba en el marcador, o es ajustar los nervios y desear que el partido se voltee para que te favorezca.

Ser hincha de un equipo es desear que el partido se alargue más para buscar aunque sea el empate; o es desear que el árbitro indique de una vez el fin del partido, para terminar con el sufrimiento, y empezar la celebración.

No sé exactamente cuando empiezas a ser hincha de un equipo.
Para algunos empieza cuando ven un equipo jugar en el estadio por primera vez y simplemente es amor a primera vista, amor a la camiseta, lo que sea.
Para otros es por tradición, por la familia, porque te lo inculcan, lo adquieres poco a poco, te viene en los genes, qué se yo.

Para mí, no sé como empezó. No sé ni siquiera por qué me gusta tanto el fútbol. No sabría precisar qué hace que seas de un equipo y no de otro. Qué hace que seas de un equipo, e inmediatamente rechaces al equipo antagónico, es algo natural.

Lo único que sé, es que ser hincha de un equipo no te lo pueden imponer.
Tampoco se trata de ser fan de algún jugador y por eso eres de ese equipo, y cuando el jugador se cambie de equipo, tú también te cambiarás, y así sucesivamente. Eso no es ser hincha.

Los jugadores van y vienen. Es más, los jugadores que más admiras pueden pasarse al equipo que menos aprecias, pero tú seguirás siendo de ese equipo que te trae alegrías, y que te trae sufrimientos también.

Porque eso es ser hincha de un equipo. Porque lees el periódico para averiguar todo lo que puedas, porque te encanta ver los titulares que dicen que tu equipo ganó el domingo, o el miércoles, o cualquier día de la semana. Porque te encanta ver en la primera plana una foto del mejor arquero del momento, porque es de tu equipo. Porque te encanta ver una foto del que metió el gol, porque es de tu equipo. Porque te encanta ver la foto de la celebración, porque es tu equipo, ganador.

Porque quieres que se juegue el segundo play off, para que terminen la especulaciones, para poder decir, finalmente, que eres campeón, con tu equipo.

Divagaciones vol. XXX "por una canción..."


Así como hay olores, aromes, fragancias, que nos transportan a ciertos lugares, que nos hacen pensar en ciertas personas... también hay canciones que nos traen recuerdos.

Hay canciones que nos recuerdan a alguien.
Hay canciones que nos hacen sonreír.
Hay canciones que nos devuelven a ciertos momentos de nuestra vida.

Citando aquella canción de "Los de Adentro", que se llama, justamente, "una canción", que dice:
"Hay unas que llegan al alma,
que te hacen mover las palmas,
otras que llegan al corazón...
Hay unas que se necesitan,
otras que nunca se olvidan,
que te hacen despertar pasión..."

Hay canciones que te gustan porque te traen recuerdos.
Porque alguien te la dedicó.


Porque alguien te la cantó.
Porque habla de ti, habla de lo que pasó.
Porque te hace sonreír.
Porque la puedes escuchar, una y otra vez, y no te cansas de hacerlo.
Porque simplemente cierras los ojos y te encuentras exactamente donde quieres estar...

Hay canciones que te abrazan, que te acunan y te ayudan a dormir.
Hay canciones que te inspiran, que te levantan, te dan energía.

Hay canciones que has escuchado tanto que te las sabes de memoria.
Hay canciones cuyas letras las puedes decir al derecho y al revés.

Hay canciones que me impulsan a actuar.
Hay canciones que me hacen esperar.

Hay canciones que me hacen soñar.


Hay canciones que me muestran la realidad.

Hay canciones que te transportan.
Las realmente buenas son aquellas que te permiten cerrar los ojos y estar exactamente donde quieres estar.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Divagaciones vol. XXVIX "chocolate"


A mí me encanta el chocolate. Pero no cualquier chocolate.
No me gustan los chocolates con "sabor artificial" a chocolate.
Me gusta el que ES, chocolate de verdad.

El de la Ibérica por ejemplo. Es un ejemplo de un excelente chocolate. Que es cremoso, que es suave, pero a la vez tiene un sabor característico. Aquel que se siente dulce, pero a la vez amargo, y es delicioso sentir que se derrite en tu boca...

Me encantan las tortas de chocolate. Pero no cualquier torta de chocolate.
No me gustan las que son kekes que simplemente tienen color marrón y un poco de olor a cacao.
Me gustan las que realmente saben a chocolate, que puedes sentir el chocolate en la torta.

Una de las mejores tortas de chocolate del mundo es la del Cest i bon. Una pastelería cuya torta es simplemente: keke y fudge.
No me gustan tanto las que incluyen un manjarblanco, super dulce, que anula el sabor del chocolate.

Otra torta buenísima es una que hace una señora que vive en La Punta (gracias Mimi).

Las tortas suaves, húmedas, esponjosas, dulces pero no empalagantes... esas son las mejores.

¿Por qué hago una entrada acerca del chocolate?
Porque me encanta.
Porque hoy hace un poco de frío y me provoca uno.
Porque tengo un poco de hambre y quisiera una torta.
Porque se me pasó por la cabeza, y divago...

Punto :)

jueves, 26 de noviembre de 2009

Divagaciones vol. XXVIII "una y otra vez..."


A veces pasa que, intentas huir de aquello que te lastimó, que te hace pensar en cosas que no quieres.

A veces pasa que intentas escapar de ese pasado que quieres olvidar.

A veces pasa que crees que ya lo habías superado.

A veces pasa que ya no piensas en eso constantemente, pero...

A veces pasa que, de la nada, el pasado irrumpe en tu vida como una ráfaga.

A veces pasa que, sin saber cómo ni cuándo, ni por qué, te encuentras de nuevo en la misma situación.

Incertidumbre. Confusión. Mezcla de sentimientos.

Y de nuevo el: qué hubiera pasado si...?

Si hubieras sido valiente.
Si hubiera sido valiente.
Si te hubieras arriesgado.
Si hubiera dicho que sí.

A veces pasa que todo te cae como un gran peso, no sabes de dónde.

A veces pasa que todo te abruma porque sí.

A veces pasa que eso que no debería afectarte, te hace pensar más, mucho más...

A veces pasa que quisiste tanto a alguien que lo llegas a odiar.

A veces pasa que, aún odiando, en el fondo quieres.

A veces pasa que tan solo una frase o una palabra te llevan de nuevo a ese momento que quisiste olvidar tanto.

A veces pasa que ese momento que quisiste olvidar sigue vivo y latente, como si nunca se hubiera ido de tu frágil mente.

A veces pasa que ese recuerdo te carcomerá por siempre, siempre será parte de ti... y tú de él...

A veces no, siempre.

martes, 24 de noviembre de 2009

Divagaciones vol. XXVII "hace falta... tú dirás lo que hace falta"


Hay veces en que hace falta una vida entera para aprender a querer a una persona.
Aprender a querer sus virtudes, a aceptar sus debilidades.

Hay veces en que hace falta un minuto, un instante, un segundo para sentir algo especial.
Es una mirada, un gesto, una sonrisa, una palabra, un simple roce.

Hay veces en que no hace falta nada para sentir que has encontrado a la persona ideal.

A veces, hace falta todo.
Esa nada que te hace sentir algo.
Ese contacto que te hace sentir el algo especial.
Y esa vida para aprender a querer todo eso y mucho más.

Divagaciones vol. XXVI "el balcón que no tengo"


Me gusta respirar.
Me he dado cuenta de que no me gustan las prisas. No podría vivir en un lugar lleno de presiones y prisas.
Me he dado cuenta de que me gusta tomarme las cosas con calma. Darme tiempo a cerrar los ojos y evaluar todas las posibilidades.
Me gusta tener tiempo de no hacer nada y simplemente hacer eso, nada.

Hace un rato escuché música salir de un lugar desconocido. Me asomé por la ventana y me di cuenta de que era mi vecino. Era música relajante, instrumental. Me provocó seguir escuchando y jalé mi laptop para acá.

Resultado: yo sentada en el murito de mi ventana, apoyada en la pared, con los pies a lo largo del muro, con la laptop sobre mis piernas. A lo lejos escucho la música (por alguna razón bajó el volumen) y el canto de los pajaritos. Hace un rato el sol me caía suavemente, creo que ya está por ocultarse, se perdió detrás de un edificio... El viento es suave, es fresco. Yo respiro.

Por momentos siento que me voy a caer. Por momentos me duele la espalda.
Puedo ver mi jardín, puedo ver el cielo, puedo ver las palmeras.
Me gusta que no haga frío, ni tampoco calor.

Otra vez, me gustaría tener un balcón.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Divagaciones vol. XXV "acerca de empezar"


Pasa que, cuando tienes muchas cosas que hacer, te atolondras y no sabes por dónde empezar.
Pasa que te sientes abrumado por todas esas obligaciones o imposiciones de la sociedad, que sientes que no tienes tiempo de ser tú mismo o de hacer las cosas que quieres.

Pasa que a veces te sientes perdido, desorientado, sin saber por donde empezar.
A todos nos pasa.

A veces sentimos que tenemos mucho que hacer y no hacemos nada para disminuir esa carga. Simplemente perdemos el tiempo haciendo otras cosas intrascendentes e innecesarias que de nada nos van a servir a corto ni largo plazo.
Suele suceder.

Digamos que soy el tipo de persona que si se propone algo, lo realiza. Pero el problema está ahí: debo proponérmelo primero.

Si intento hacer todo lo que tengo que hacer al mismo tiempo, estoy segura de que resultará caótico. No se puede, es imposible. No te concentras, no te sale bien.

Si intento hacer lo que tengo que hacer en medio de un ambiente de caos y desorden, tampoco se puede. No funciona, no te sientes bien.

Entonces, qué hacer?

El otro día me propuse pasos, simples, tal vez demasiado específicos, para hacer las cosas que tenía que hacer. Tal vez eran demasiado obvios, pero si no te los planteas y los propones, entonces nunca empezarás a hacer algo realmente productivo.

Paso 1: bañarme (uno piensa mejor con la cabeza fresca y limpia).
Paso 2: alistarme (porque iba a salir más tarde).
Paso 3: limpiar los papeles innecesarios de mi escritorio, ordenarlos y "clasificarlos" según tema e importancia.
Paso 4: salir.
Paso 5: volver a mi casa.
Paso 6: volver a salir.
Paso 7: volver a regresar.

Fue un día básicamente perdido en temas de estudio (cosa que tengo que hacer necesariamente pronto), pero al menos realicé los 3 primeros pasos básicos camino a otro día productivo, que planeo que sea hoy.

Hoy plantearé otros pasos que me ayuden a organizarme mejor.
Paso 1.2: bañarme (check)
Paso 2.2: comer (check)
Paso 3.2: encontrar los papeles que necesito para estudiar (en ese estoy).

Digamos que escribir una entrada en el blog no estaba dentro de mis pasos, ni dentro de las cosas necesarias que debo hacer el día de hoy, pero hace tiempo que no escribía y, siempre lo he dicho, escribir me relaja, me despeja la mente, y me hace tener ganas de hacer cosas productivas.

Bueno, me voy a realizar el paso 3 y adelante :)

sábado, 7 de noviembre de 2009

Divagaciones vol. XXIV "acerca de esa inmensidad llamada mar"


Me gusta el mar.
Me gusta el mar y su gran inmensidad.
Me gusta mirar el mar.
Me gusta pensar mirando al mar.

El otro día pasé por la Costa Verde y, por alguna razón, vi el mar más bonito que nunca. Estaba de un color aguamarina, casi verde, casi celeste. Parecía el mar del Caribe.

Habían surfistas flotando en sus tablas.
Habían algunas olas.
Había sol.
Había viento.

Me gusta el brillo del sol en el mar.
Me gusta mojar mis pies en la orilla y ver como la arena corre por mis pies.
Me gusta escribir mi nombre en la arena.
Me gusta mirar el horizonte.

Ese día me di cuenta de que el mar es realmente gigantesco. Puede que parezca que se acaba en el horizonte... pero en realidad va más allá de lo que podemos ver, va mucho más allá.

Quién sabe dónde termina? Va más allá de lo que nosotros podemos ver. Como muchas otras cosas en la vida. Va más allá...


miércoles, 4 de noviembre de 2009

Chau, Nextel


He decidido compartir nuevamente una MALA experiencia en un centro de "servicio". Esta vez le tocó a Nextel (específicamente la oficina que está en San Borja...).

La historia empieza así:
Resulta que yo tenía un número bonito de Nextel :) y un día cambié de plan y cambié de equipo, pero conservé mi número. Resulta que todo andaba bien, pero a fin de mes de la nada mi servicio se bloqueó y me hicieron reiniciar el sistema del teléfono. Cuando eso pasó, tenía otro número nuevo, un poco feo, imposible de aprender xD...

Resulta que me hicieron llegar un chip nuevo con mi número antiguo, original, bonito :).... Y me sugirieron que, para no pasar mis datos manualmente (porque ese chip estaba en blanco), vaya a una oficina de Nextel para que con la maquinita esa que tienen, pasen mi directorio inmediatamente.

Lo hice al día siguiente, yo muy feliz, entusiasta y animada, porque iba a tener mi número simpático de vuelta... Me llamaron a la ventanilla número 2 y le conté a la señorita lo que me había sucedido y lo que quería hacer.

Me dijo que le diera los dos chips y los metió a la maquinita. Luego puso uno de los chips en mi equipo. Lo primero que hice fue ver la información del teléfono, y seguía con el número feo. Entonces le pregunté por qué. La conversación fue algo así: (Y: yo; E: ella)
E: El número nunca va a cambiar.
Y: Cómo que no va a cambiar? Si me dieron el chip para que vuelva a mi número.
E: Eso no lo puedo hacer manualmente, tiene que hacerlo el sistema.
Y: Y no se puede hacer?
E: Si quieres cambiar de número puedo darte la proforma y tienes que hablar con el representante legal (para esto, me iba alzando la voz, no tengo idea por qué).
Y: Pero si yo he tenido mi número por un mes...
E: (interrumpiéndome) Pero ya te expliqué que no se puede...
Y: No entiendo.
E: (me mira) algo más en que te pueda ayudar?

Me molesté, me paré, me bajé la silla (en realidad la empujé) y me fui.
Caminé hasta mi casa y en el camino me di cuenta de que mi directorio del teléfono NO ESTABA!.... Me puse MUCHO más molesta y frustrada, tanto que ni cuenta me di del camino hasta mi casa...
En fin, llegué a mi casa y se me ocurrió que tal vez ella se había confundido de chips y tal vez mi directorio estaba en el chip con el número bonito (que yo quería). Cambié los chips, pero nada, no había nada, solo el (estúpido) número de nextel "123" en mi directorio. La odié. La aborrecí. La detesté con todo mi ser.

Almorcé, porque me moría de hambre. Me comí un chocolate, para ver si me hacía feliz (no funcionó, pero al menos me dio fuerza para ir a quejarme).
Volví a la oficina y me dirigí a la ventanilla 2 (me enteré de que la chica se llamaba Cinthya, Cynthia, no me importa como se escribe su nombre, nunca lo supe porque no tenía cartelito...) y le dije: mi directorio no está.
E: Qué raro, a ver...
Para esto, yo había metido el otro chip en mi antiguo equipo.
Revisó ambos equipos y dijo:
E: ya vengo...
(Para esto, nunca me dijo para qué se iba... y se llevaba mis dos equipos, entonces le dije)
Y: por si acaso quiero este número (señalé el nextel nuevo que tenía el chip con mi antiguo número).
E: Pero eso no se puede! Ya te expliqué (molesta).

La dejé que se vaya, aunque de nuevo me molestó esa actitud...
Mientras no estaba, encontré una hojita para evaluar el servicio y la llené gustosamente, muy respetuosamente, claro está. Hablando acerca del servicio y especificando el nombre de la chica que me había atendido.
En fin, también le conté al "supervisor" lo que había pasado, pero simplemente me dijo que fuera a hablar con la chica de la primera ventanilla, que ella era la encargada... (que, dicho sea de paso, estaba ocupada).

En fin, volvió la chica de la ventanilla 2 y me dijo:
E: lo revisaron los de servicio técnico y dijeron que el chip está dañado y por eso no copió ningún dato.

Luego hubo más conversación, un poco repetitiva, donde ella me repetía cosas de los chips y que estaba medio rayada la plaquita.... (MAS FLORO).
Al final me fui de nuevo, sin directorio, hecha una porquería... pero con mi número bonito :)...

Si bien me molestó mucho perder mi directorio (donde tenía números muy importantes), más me molestó la actitud de la chica, que ni se tomaba la molestia de explicarme REALMENTE las cosas. En verdad nunca entendí lo que me quiso decir. Creo que ni ella me escuchaba a mí cuando le conté la situación inicial.

Ni siquiera me pidió disculpas por haber borrado el directorio (luego una amiga de la u me contó que era por si se me ocurría demandarlos, ya que, si se disculpan, es porque han aceptado la culpa). Lo único que me dijo fue que:
E: Si tienes alguien que maneja un directorio parecido al tuyo, tráelo y pasamos los datos.

Luego pensé: si mi chip está dañado, no va a funcionar... pero bueno...
Ya fue, ya pasó.
Ahora sólo me queda ir recolectando poco a poco todos los números que tenía...
Ya voy como 70 :) no está mal... Aunque creo que ni voy por la mitad...

martes, 20 de octubre de 2009

jueves, 15 de octubre de 2009

Divagaciones vol. XXIII "huellas en el alma"


He llegado a la conclusión de que las cosas que nos pasan en la vida son escritas en nuestra alma en pedazos de post-its pegados con pegamento permanente... (hablando figuradamente, claro, dado que el alma es inmaterial y es poco probable que andemos con post-its pegados por todos lados xD).
En fin, ese no es el punto.

Las cosas que nos pasan en la vida son escritas en post-its, y, dependiendo de la intensidad, la importancia o la forma en que nos han marcado, son escritas a lápiz, con lapicero, o tinta indeleble.

Hay cosas que nos pasan y olvidamos rápidamente, porque simplemente pasan, o porque queremos olvidarlas pronto. Esas están escritas con lápiz.
Hay cosas que nos pasan y queremos olvidarlas, pero no podemos. Podemos lograrlo con esfuerzo, con tiempo, pero siempre quedan manchas, borrones. Esas están escritas con lapicero.
Hay cosas que no queremos borrar, o cosas que, simplemente no vamos a poder borrar aún así querramos. Esas están escritas con tinta indeleble.

Sin embargo, todas las escrituras terminan por deteriorarse, por desgastarse poco a poco conforme pasa el tiempo. Incluso la tinta indeleble pierde su color, pierde intensidad. Pero, aunque la tinta se borre, aunque no podamos recordar completamente qué es lo que decía el papel, aunque no tengamos todos los detalles en la memoria, algo queda, siempre.
Algo nos marca, algo deja huella. Llámese post-it, lo que sea. Siempre queda "algo" de aquello que fue...

Muchas veces ocurren cosas que nos marcan sin que tengamos idea de ello.
Muchas veces ocurren cosas, decimos que no nos afectan, cuando en realidad sí lo hacen.
Muchas veces sabemos que nos afectan, pero lo negamos.

A veces pasan los años y pensamos que ya lo superamos.
Pero, aunque el recuerdo se haya ido, o siga ahí, sigue quedando ese sentimiento, esa desazón.

Dicen que el tiempo lo cura todo, que uno termina por olvidar.
Pero yo creo que aunque la mente olvide, el corazón siempre recuerda.

Uno puede decidir avanzar, decidir seguir adelante, superar las cosas.
Uno puede seguir su camino sin mirar atrás. Sin vivir del pasado, sin mirar al pasado.
Uno puede pretender hacer borrón y cuenta nueva, pero si las cosas ya cambiaron, a veces es imposible volverlas a lo que eran.


Dicen que hay que darle tiempo al tiempo, alguien alguna vez ha entendido lo que verdaderamente significa esa frase?
Yo creo, que aunque la mente intente olvidar, el corazón siempre se va a encargar de que vuelva a recordar.

martes, 13 de octubre de 2009

Divagaciones vol. XXII "inspiración noctámbula"


Esta entrada salió de mi esta madrugada y la escribí en un pequeño block porque ya había apagado la laptop. Es increíble como a veces, después de una sequía de inspiración, las ideas simplemente surgen como si nunca se hubiesen ido, como si siempre hubieran estado ahí, esperando para salir. Aquí va:

"A veces las cosas toman rumbos completamente inesperados.
Aquello que pensábamos que era casualidad no lo es tanto.
Aquello que veías como imposible ya no es tan lejano.
Aquello que alguna vez quisiste puede ser realidad.
Aquello que alguna vez soñaste puede estar en tus manos.

¿Quién sabe? Tal vez lo encuentres en el lugar menos pensado.
¿Quién sabe? Tal vez a la hora menos tradicional.
¿Quién sabe? Tal vez de la forma más extraña.
¿Quién sabe si es el destino o el azar?
¿Quién sabe si viene de vuelta o ya se va?

¿Quien diría que entre las 12 y la 1 pueden pasar tantas cosas?
¿Quién sabe si estos arrebatos suceden todos los días?
¿Quién sabe? Tal vez debemos aprovecharlos como si no se repitieran.
Bueno, tal vez no se repitan.
Tal vez no vengan todos los días.

¿Cuál es el punto de gastar papel y tinta en algo que no tiene sentido?
¿Cuál es el punto de estar despierta otro minuto?
¿Cuál es el punto, si sólo quiero cerrar mis ojos?
La vida está llena de ironías.
Lo dijo Arjona, tal vez también Sabina.

No estoy segura de nada.
¿Quién soy?
¿Qué busco?
¿A dónde voy?...
¿Dormir? Suena bien".

[Terminado exactamente a las 01:00 horas del día de hoy]

Si me preguntaran cual ha sido el resultado de escribir esto a esas horas... simplemente diré que tuve sueños extraños, más extraños de lo normal. Que me desperté a las 6:30am y ahora, una hora después, me estoy muriendo de sueño. Que estoy tomando leche con mocha blanco esperando que me despierte, aunque sea algo. Que sólo quiero llegar a mi clase rápidamente para poder volver a mi casa y hacer una siesta.

Lo necesito.

sábado, 3 de octubre de 2009

Divagaciones vol. XXI "relato de una pequeña odisea"


Digamos que soy de las personas que se levanta por las mañanas con anticipación. Es decir, si debo estar en la universidad a las 9 de la mañana, planeo salir a las 8 de la mañana, a más tardar 8:15... y para eso, me despierto a las 7am... En resumen, dedico una hora de mi mañana a despertar, lavarme, bañarme, cambiarme, tomar desayuno, etc, etc, etc...

Digamos que hoy tenía que estar en la universidad 10:45am.
Digamos que antes de irme pensaba hacer unas cosas que tenía pendientes por hacer (ej: aspirar mi cuarto y limpiar, típico de fin de parciales). Ergo, planeaba despertarme a las 8am y tomar desayuno tranquilamente, limpiar, ordenar un poco, bañarme y salir a eso de las 10am en el micro verde. Todo planeado.

Claro, puse mi despertador a las 8am.
Debo reconocer que en la noche pensé: pondré una segunda alarma a las 8:30am por si me quedo dormida... pero luego pensé: naa, qué va ser... alguien me despertará (como siempre).

En fin, me dormí...

Creo recordar que mi despertador sonó a la hora indicada, pero lo siguiente que recuerdo es que cuando volví a abrir los ojos no eran las 8 ni las 8:30... eran nada más y nada menos que las 10:10 de la mañana...

Digamos que al principio no reaccioné y me quedé mirando el reloj. Luego mi cabeza empezó a hacer cuentas rápidamente y lo siguiente que sucedió es que salté de mi cama pensando: oh oh.... (sonidito con tonito peculiar, generalmente utilizado cuando sabes que estás en problemas)... Para esto, ya eran las 10:15.

En fin, me cambié más rápido que nunca creo (es más, parpadié y ya estaba cambiada xD... es broma)... y bajé corriendo por mi desayuno veloz...
Digamos que hice todo lo que generalmente hago en 1 hora, en 15 minutos (menos bañarme, ahí si no llegaba a tiempo xD)... y estaba aún media dormida...

Micro verde? NI HABLAR! Felizmente mi mamá llegaba a esa hora del gimnasio, entonces yo cogí el carro y me fui, literalmente, volando por la Vía Expresa directamente a la universidad...

Resultado? Llegué en 13 minutos, exactamente a las 10:45.

Definitivamente no me gusta correr contra el tiempo. Menos cuando tengo tacos y no puedo ni siquiera correr realmente xD.

Definitivamente ahora me aseguraré de poner por si acaso otra alarma... (nunca está de más).

Definitivamente se terminaron los: un ratito maaaaas.... (digamos que son muy peligrosos).

Bueno, probablemente no se terminen los "un ratito más", pero para eso está la siguiente alarma... y la siguiente, y la siguiente...

Nunca me había quedado dormida así cuando tengo algo importante que hacer (no me importa quedarme dormida "un ratito más" los sábados o domingos que no tengo NADA que hacer, pero esta vez tenía que llegar xD)... pero bueno... una vez más queda demostrado que siempre hay una primera vez para todo.

(And we have to deal with it) :D

lunes, 28 de septiembre de 2009

Acerca de mitos y verdades "mi mamá me dijo que me abrigue los pies".


Desde que tengo uso de razón me acuerdo que mi mamá siempre me decía que me abrigara los pies. Léase: "ponte medias, te vas a resfriar".

Dicen que las enfermedades entran por los pies y el frío también.
Y ahora resulta que las medicinas también entran por los pies.

¿Cómo? Les explico.
El otro día le dije a mi mamá que creía que me estaba enfermando (resfrío) [nota aparte: últimamente siento que me resfrío a cada rato y eso que me vacuné contra la influenza... (pensamiento: tal vez si no me hubiera vacunado mis resfríos serían peores, tanto que no me podría levantar)... en fin, utilicé demasiados corchetes y paréntesis, lo siento]... entonces, mi mamá me dijo que había leído un mail que decía que era bueno echarse Vick Vaporub (en realidad no estoy muy segura si se escribe así)... en los pies.

Sí, echarse Vick Vaporub en los pies (y ponerse medias después, obviamente).
Yo generalmente no suelo creer en las cadenas esas que mandan y dicen: si no lo reenvias a tantas personas caerá una vaca del cielo y te aplastará (estoy exagerando, pero prácticamente es como si te dijeran eso). Pero en realidad en este caso del Vick Vaporub creo que no tenía nada que perder.

En fin, a falta de Vick Vaporub en mi casa, me tuve que echar Mentholatum (sí, ese que "mama lo sabe, Mentholatum aliiiivia")... y obviamente me puse mis medias.
Esa noche dormí bastante bien. Generalmente, cuando uno está enfermo, la nariz se le congestiona maleadamente y no puede respirar ni dormir.

Antes, yo solía tomarme un Nastizol y me despejaba... pero esa pastilla me dopaba terriblemente y me ponía (más) sonsa de lo normal. En este caso, estaba con la nariz despejada y aún tenía pleno uso de mis facultades mentales antes de dormir.

Al día siguiente me sentía mucho mejor, pero aún así continué echándome Mentholatum en los pies las noches siguientes... No sé si sea un "efecto" de esa crema o qué, pero estos días he tenido más sueño de lo normal... probablemente también sea un poco dopante, no lo sé...

A decir verdad, antes de escribir esta entrada me sentía súper bien, pero ahora me duele un poco la garganta.... debe ser debido al frío que está haciendo en Lima últimamente... o probablemente no deba echarme Mentholatum solo en los pies...

domingo, 27 de septiembre de 2009

...

No lo entiendo. No entiendo nada. O tal vez no quiero entenderlo.
Mi mente se cierra a la posibilidad de que otros estén locos, no yo.

Hoy no quería escribir, estar frente a una página en blanco, con aquellas palabras gastadas dentro de mí, peleándose por salir.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Divagaciones vol. XX "acerca de la fragilidad de la memoria"


No sé si todas las memorias son igual de frágiles, o la mía lo es especialmente.

Cuando estaba en kinder, me sabía el orden de lista de mi salón (kinder B) con nombres, segundos nombres y ambos apellidos. Probablemente si me concentro muchísimo podría incluso recordarlo... quién sabe... creo que yo era la número 16...
Ahora sin embargo, en la universidad tengo tantos salones distintos que hasta me es difícil recordar con quién estoy en cada clase. Bueno, sí puedo hacerlo, pero no puedo decir que me sé de memoria los nombres completos de todos los que forman parte de cada clase.

Cuando era chica me sabía los cumpleaños de todos mis amigos, sin excepción. Algunos de esos cumpleaños (de aquellos amigos que he seguido frecuentando y saludando), aún los tengo en mi memoria.
Ahora sin embargo, es tanta la gente nueva que va entrando a mi vida, que aprenderse o simplemente recordar cada cumpleaños es una tarea un poco utópica para mí. Pero felizmente para eso existe mi agenda (donde apunto no solo todos los cumpleaños que quiero recordar, sino también TODO lo que tengo pendiente por hacer) y existe el facebook, que te recuerda aquellos cumpleaños que no has podido apuntar en tu agenda aún :)

Cuando el uso de Internet no era tan difundido me sabía los teléfonos de mis amigos, incluso sus direcciones.
Ahora sin embargo, me cuesta recordar cada dirección de e-mail o cada celular. Aunque probablemente eso se debe a los repetitivos cambios de uno u otro... Felizmente ahora podemos almacenar gran cantidad de información en los celulares, las computadoras, las laptops, las palm, los ipods o los iphones... ¿algo más?

Nunca he considerado que tengo una súper memoria (ahora que me pongo a pensar, ¿qué pasaría si pudieramos medir la capacidad de memoria de cada persona en Gigas o qué se yo qué mas?). No recuerdo muchos episodios de mi propia vida a no ser que hayan fotos que me traigan a la memoria esos momentos.
Sin embargo, he de decir que soy capaz de recordar cosas importantes como mi nombre, mi cumpleaños, mi DNI, mi dirección y mi teléfono.
A veces me cuesta recordar lo que comí el día anterior (o el mismo día), pero luego de un exhaustivo esfuerzo puedo lograrlo :)

Es horrible olvidar algo. Pero peor es no recordar si te estás olvidando algo importante. Hoy me pasó que vi a una persona que me recordó a alguien que había conocido hace poco.
Resulta que, a pesar de lo familiar que me resultaba ese rostro, no podía recordar a quién pertenecía. Es decir, SABÍA que pertenecía a alguien que había conocido, pero no recordaba las circunstancias, ni el lugar, ni el momento.

Me sentí un poco desesperada por el simple hecho de no poder recordar eso. Llegué incluso a pensar que necesitaba empezar a hacer esos ejercicios para la memoria que tanto se promocionan (aunque hago sudokus y crucigramas, dicho sea de paso).
Sin embargo, cuando dejé de pensar en eso y tomé la resolución de dejar que el recuerdo simplemente fluya cuando debiera fluir, fluyó. Y recordé. Y me sentí bien. Me sentí satisfecha por haber recordado y por haberme demostrado que podía recordar, aunque haya sido algo súper vano y un poco sonso.

Resulta que ésta es mi entrada número 60.
Resulta que es la divagación número 20.
Resulta que éste sábado cae 19 de setiembre.
Resulta que ese día, cumplo 20 años.

Creo que mientras pueda tener noción de lo que sucede a mi alrededor y recuerde quién soy, es suficiente.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Divagaciones vol. XIX "aquellas pequeñas cosas"


Aquellas pequeñas cosas de la vida que pueden marcar la diferencia:

1. Sonreír sin motivo.
2. Reír como si nadie pudiera escucharte.
3. Bailar como si estuvieras solo.
4. Liberarte.
5. Reír de chistes sonsos.
6. Comer sin culpa.
7. Comer algo rico.
8. Comer un chocolate.
9. Comer un buen pedazo de carne.
10. Simplemente comer, ya? :)
11. Dormir como si no hubieran cosas más importantes que hacer.
12. Perder el tiempo sin sentirse culpable.
13. Mirar a la nada.
14. Quedarse en blanco un momento y no pensar en nada.
15. Dejarse llevar por el niño interior que llevamos dentro.
16. Sorprenderse.
17. Descubrir cosas nuevas.
18. Descubrir que aún tenemos cosas por aprender.
19. Ver a los niños jugar y jugar con ellos.
20. Cumplir años y no sentirse un año más viejo, sino un año más sabio :)

sábado, 12 de septiembre de 2009

Divagaciones vol. XVIII "autoconocimiento"


Ya van tres años desde que salí del colegio. Tres años que llevo en la universidad estudiando Administración de Servicios.

Debo confesar que han sido varias las veces que me he cuestionado acerca de si mi decisión de estudiar lo que estudio ha sido correcta o no. Han sido varias las veces que me he preguntado si no sería más feliz estudiando otra cosa diferente. Si en un futuro me veo trabajando en un hotel (en lo que me estoy especializando) o si no sería mejor haciendo otra cosa...

Antes de salir del colegio quería ser psicóloga, porque me gustaba analizar el comportamiento de las personas (en realidad aún disfruto haciéndolo) e intentar comprenderlas. Sin embargo, no lo hice porque me di cuenta de que los problemas de los demás me afectaban mucho más que los propios y, trabajando toda mi vida oyendo e intentando solucionar los problemas de los demás iba a terminar por destruirme emocionalmente... quién sabe...

Me encanta escribir (ya deben haberse dado cuenta) y me encanta tomar fotos. Quién sabe si no hubiera sido más feliz estudiando literatura, periodismo o comunicaciones. Quién sabe si algún día podría haber escrito algún libro o un artículo en un periódico o revista importante. Quién sabe si podría haber cambiado el mundo...

Pero en realidad, quién dice que no puedo hacer alguna de esas cosas siendo administradora de servicios? Es más, siendo quien soy, una persona común y corriente, con muchas ideas que compartir y exteriorizar, puedo cambiar el mundo. Y siendo profesional, puedo revolucionar las cosas en el área de servicios de un hotel, de un restaurante, de una empresa cualquiera en la que me toque trabajar.
Ya he dicho alguna vez que me gustaría que la gente me reconozca por el trabajo que hago, pero también porque puedo hacer más cosas aparte de trabajar.
Puedo escribir acerca de mis experiencias y no ser publicada en medios masivos y aún así llegar a la gente (este blog es una prueba de ello). Quién sabe tal vez algún día sí llegue a publicar un libro.

Muchas veces me he preguntado si he tomado las decisiones correctas en mi vida. En realidad, no me imagino estando en otro lugar del mundo que no sea aquí. No me imagino estudiando en otra universidad que no sea la mía. No imagino mi vida sin aquellas personas que he conocido... But then again... (ya me puse bilingüe ja!)... si nunca hubiera hecho las cosas que he hecho, si no hubiera ido a aquellos lugares a donde he ido, no hubiera conocido a esa gente, y no las echaría de menos...

Tal vez hubiera conocido a otras personas y hubieran sido igual de importantes. Tal vez hubiera hecho otras cosas y me sentiría orgullosa de ellas también.
La vida está llena de incertidumbres. Está en nuestras manos volverlas hechos.
Dicen que nuestro destino ya está escrito. Yo solía pensar que era así.
Ahora pienso que, si bien es cierto podemos tener un destino determinado, este no se hará realidad si no hacemos que se haga realidad.

Puedes ser todo aquello que quieres ser. Puedes lograr todo aquello que quieres lograr. Puedes hacer todo aquello que quieres hacer. Sólo tienes que pensar en eso con todas tus fuerzas, sólo tienes que desearlo con todas tus ganas. Pero no basta con quererlo, tienes que hacer que las cosas pasen.

Porque, si tú no haces las cosas, nadie las hará por ti...
















[[Esta foto es de cuando estaba aprendiendo a caminar :)*]]

viernes, 4 de septiembre de 2009

Divagaciones vol. XVII "donde todo puede suceder"


¿Dónde más que en el micro (ya sea verde o de otro color) pueden sucederte cosas de lo más extrañas, chistosas, divertidas, etc, etc, etc.


Siendo el Perú un país en el que el sistema de transporte público es básicamente un caos, no me explico por qué a veces me gusta viajar en micro. Pero es que en realidad, puede resultar divertido.

Si bien me da rabia cuando estoy esperando en el paradero y los micros simplemente NO PARAN por mi, a veces he podido ver cosas divertidas gracias a eso.
Por ejemplo, un día vi cómo a una chica se le quedaba la sandalia en la pista mientras ella ya estaba en el micro. Felizmente para ella, el cobrador se dio cuenta y el micro no siguió avanzando... para que ella pudiera recoger su zapato!

He visto a gente perder el equilibrio dentro de los micros (me incluyo), ya que viajar en micro requiere una habilidad y un balance espectacularmente desarrollados.
Un día, casi me caigo de espaldas, pero tuve la ¿suerte? de que un señor me sujetara para que no aterrice sobre el suelo. Lo más chistoso es que el señor no dejó de pedirme perdón mientras yo le daba las gracias.

He pisado a mucha gente. Creo que ya compartí una de estas experiencias en una entrada anterior, cuando la señora simplemente miraba y no decía nada. Hace unos días sin embargo, pisé a un señor y esta vez sí me di cuenta más rápido y cuando le pedí disculpas el señor me preguntó si era china o japonesa xD... Fue un poco descuadrante, pero justo ya me tenía que bajar en el paradero y nunca entendí la razón de ser de su pregunta.

Me he olvidado cosas, y lo más divertido es que no me di cuenta y aún así recuperé mis cosas. ¿Cómo? Bueno, un amigo y yo bajamos del micro y él me dijo que no tenía su celular. Mientras yo creía que era una broma y él buscaba en sus bolsillos y en su mochila, el micro ya estaba a una cuadra de distancia. Para cuando a él se le ocurrió que se le podría haber caído el celular en el micro, este estaba en un semáforo, de modo que salió corriendo disparado y, por la ventana de atrás le hizo señas a la persona que estaba sentada en los que habían sido nuestros sitios para que buscara.
Grande sería mi sorpresa cuando, al volver, el no solo tenía su celular, sino también mi fólder archivador, que se había quedado olvidado sin que me diera cuenta.

En todos los micros que circulan por la capital (al menos aquellos que son lo suficientemente grandes y no están demasiado llenos), siempre pueden encontrarse shows andantes (desde cajoneros, hasta cantantes con guitarra y demás instrumentos), ofertas inigualables (todo un kit de lapiceros por 1 sol, resaltadores, correctores, llaveros, incluso aretes!!!), y nunca faltan aquellos que, luego de presentarse con el típíco: "señor, señora, joven amigo, señorita, joven estudiante (y derivados), lamento interrumpir su lindo viaje..." te ofrecen los también típicos Olé Olé (marshmellows con cobertura de chocolate), gomitas frugile (o como se escriba) o caramelos varios.

En realidad, puedes encontrar de todo en el micro.
Si bien los precios del pasaje varían de acuerdo a la distancia que viajas, si tienes carnet universitario o no, o del humor del cobrador, todas las experiencias que puedes vivir mientras viajas en micro... no tienen precio :)

jueves, 27 de agosto de 2009

Divagaciones en verso vol. VII



[poema propio]

Me quedo en silencio
para no estropear el momento.

Lo guardo en secreto
para no divulgar el tesoro.

Lo añoro en mis sueños
para despertar con una sonrisa.

Lo miro despacio
para que su recuerdo no se pierda.

Me voy de espaldas
para no perderlo de vista.

Divagaciones en verso vol. VI


[poema propio]

Me dejaste con tu ausencia en los labios
y tu nostalgia en mis manos.

Me dejaste sin tu abrigo de noche
y tu sombra de día.

Me dejaste sin miradas profundas
y sueños en tu almohada.

Me dejaste sin palabras de aliento
y canciones dedicadas.

Me dejaste con un vacío en el alma
y un dolor en el pecho.

Me dejaste inspirada
y con versos sin sentido.

sábado, 22 de agosto de 2009

Divagaciones vol. XVII "teoría acerca del paso del tiempo"


*inspirada en un comentario de la entrada anterior*

La gente suele decir que el tiempo pasa cada vez más rápido. Yo soy parte de esta gente. Año a año siento que los días, semanas y meses se me hacen más cortos, que mi cumpleaños llega cada vez más rápido. Es más, en menos de un mes va a ser mi cumpleaños número 20 y me parece que fue hace demasiado poco que cumplí 19. Sin embargo, cuando era niña, me parecía que mi cumpleaños tardaba siiiiglos en llegar y se me hacía eterna la espera.

Pensando en los motivos porque esto sucede, barajaba unas cuantas teorías y la mayoría tenía que ver con la tecnología, la globalización y la velocidad de la información. Actualmente todo sucede demasiado rápido: las transacciones comerciales, los intercambios culturales, la difusión de información. Todo esto, gracias a la tecnología, que evoluciona a un ritmo muy rápido.

Esto nos hace vivir cada vez más acelerados, la gente ya no piensa en desperdiciar un minuto de su vida en cosas que no le van a aportar nada útil (excepto tal vez jugar jueguitos en facebook xD), en lugar de eso buscan medios para hacer todo más rápido. Ahora TODO puede hacerse por Internet para facilitar y/o complicar la vida de las personas: encontrar lo que buscas y lo que no buscas, reencontrarte con gente de la que no sabías hace años, transferir dinero entre cuentas bancarias, revisar tu cuenta bancaria, hacer compras, bajar música, ver videos, hacerle saber al mundo que existes y mantenerlos al tanto de tu vida personal y/o pública, informarte acerca de la vida de otras personas, y un largo etc. Y si no tienes una computadora cerca para acceder a Internet, tan solo basta con tu teléfono celular. ¿Algo más?

Sin embargo, ¿es esta la verdadera razón por la que nos parece que el tiempo pasa cada vez más rápido?
Si le preguntamos a un niño acerca de su percepción, estoy segura que nos diría que para él, el tiempo es lento. Que se le hacen eternas las esperas para su cumpleaños o para fechas importantes como Navidad o qué se yo.

¿Será que el tiempo es relativo y depende del punto de vista de cada usuario? Si los niños actualmente usan la tecnología como si fuera parte de ellos (PSP, Wii, y quién sabe qué más...), no debería esta teoría aplicarse a ellos también? Es decir, que el tiempo se ha vuelto una ráfaga veloz en la que todos nos vemos envueltos?

Dado que el tiempo es intangible (no lo podemos tocar, pero podemos sentirlo, especialmente sentir cuando pasa, aún sin darnos cuenta), me atrevo a decir que el tiempo pasa distinto para cada persona.
No me estoy refiriendo al tiempo que por ejemplo pasas en una espera en el médico (que siempre son eternas) o cuando estás esperando en una fila para ser atendido. Sino que me refiero al "tiempo" desde un punto de vista más genérico.


Esta teoría me la mencionó mi papá hace un tiempo y me parece que tiene mucho sentido y mucha razón, además de lógica.
Digamos que cuando uno tiene 1 año de vida, el "tiempo que hemos vivido" representa el 100% de nuestra vida. Bastante no?
Cuando tenemos 2 años, "1 año de nuestra vida" representa el 50%.
Cuando tenemos 10 años, "1 año de nuestra vida" representa el 10%...
Cuando tenemos 20 años, "1 año de nuestra vida" representa el 5%...

¿Debo seguir?
Siguiendo esta lógica, mientras más años tengamos, el porcentaje que representa "1 año de nuestra vida" es cada vez menor, por lo que nuestra percepción del año que ha pasado es cada vez más corta.

Quién sabe, tal vez esta teoría va de la mano con la tecnología y todos sus cambios en nuestras vidas, en realidad no podría afirmarlo con total seguridad, pero ya les avisaré cuando cumpla 50 años a ver qué tan rápido me parece que pasa el tiempo.
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