Admito que enterarme que Emilio Lafferranderie, "el Veco" había fallecido, fue una noticia que me impactó bastante.
No sé si alguna vez les ha sucedido que están tan acostumbrados a la presencia de ciertas personas, que los creen "inmortales". Es decir, que siempre estarán ahí, que seguirán ahí a pesar de que pasen los años, como si no pasaran en realidad. Pero el tiempo sí pasa, y pasa la gente también.
La voz del Veco me acompañó durante toda mi vida escolar. Me explico.
Desde que entré al colegio hasta que terminé, mi papá me llevaba todos los días en la mañana y siempre ponía RPP noticias (te informa primero! jaja) y siempre, a la hora que me llevaba, era el informe deportivo del Veco.
Con su timbre de voz particular, narraba las noticias deportivas del día y en realidad no había día en que no lo escuchara.
Cuando terminé el colegio, dejé de escuchar RPP a esa hora, dejé de escuchar su voz por la radio, pero sabía que seguía ahí.
Un día lo vi en televisión, no tenía idea de que "él" era "él". Es decir, no relacionaba para nada su cara con su voz. Aún ahora no puedo hacerlo, me parecen entidades totalmente distintas.
Si bien dejé de escuchar su voz, leía sus columnas deportivas en Deporte Total del Comercio. Seguía existiendo para mí. Siempre me gustó leer lo que escribía.
Ahora no está más entre nosotros. Se fue su rostro, se fue su voz, se fueron sus palabras del mundo real. Pero en realidad creo que siempre recordaré esa frase que él siempre decía luego de terminar su informe en RPP: hasta luego Raúl (a Raúl Vargas) y él, siempre respondía: hasta la tarde, Veco.
Hasta siempre, Veco :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario