Toda moneda tiene dos caras. Siempre.
No te puedes obligar a querer a alguien.
No puedes obligar a nadie a quererte.
Sabes que duele no poder querer a alguien como ese alguien te quiere a ti.
Te duele que aquel a quien quieres, no te quiera.
Hay dos caras en una misma moneda. Siempre.
Una para ti, otra para mí.
1 comentario:
Aveces hay que lanzar la moneda de nuevo para ver si algo cambia.
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